16 noviembre, 2008

En esta vieja nave: travesía y encrucijada del conocimiento

Por Antonio Sarmiento

Uno de los capítulos centrales en la historia de la humanidad es el largo viaje emprendido por las civilizaciones para alcanzar las rutas del conocimiento. Esta travesía fecunda ha sido trazada en las cartografías mentales de los grandes pensadores surgidos desde la antigüedad hasta nuestros días. La literatura, en gran parte, se ¡la embebido de esta gran saga humana que se remonta a aquel espléndido mito antiguo de Guilgamesh, antecesor mesopotámico del Prometeo griego, que sufrió por la humanidad para alcanzar el don de la inmortalidad y transmitir a su pueblo el conocimiento de todo lo que existía antes del diluvio. Arrancadas de la gran página del mundo, ésta y otras cautivantes leyendas se han constituido por siempre en ejes temáticos o en metáforas indisolubles de la conciencia creadora de poetas y herederos del fuego artis tico y cultural, como hoy lo avizoramos, de forma relampagueante, en el intenso poema de largo aliento de Gustavo Armijos.

En esta vie . a nave es la vuelta del poeta a la Universidad; allí se le ve discurrir en espacios y tiempos discontinuos, pero simultáneamente enlazados gracias al engranaje discursivo y a la bisemia del bello rótulo que, en un sentido literal, nos remite -9 nos vuelca a las intrincadas y elocuentes acciones de personajes, entre reales e irreales, -V que de un modo omnisciente, el autor va tejiendo alrededor de su Alma Máter.

Otra lectura más abarcadora nos ha de colocar en el meollo mismo de la encrucijada cultural de nuestro tiempo, que calza perfectamente con el apotegma de Ortega y Gasset cuando advierte que "Toda vida inculta engendra barbarie, toda cultura desvitalizada crea bizantinismos". Dentro del correlato histórico forjado en los dieciocho capítulos del texto, el poeta va hilvanando una suerte de metáfora o parábola de la humanidad cuyo mensaje simbólico ha de bordear, en sentido inverso, la senda (post) moderna hasta llegar a espacios abiertamente fundacionales, al sufijo y a la raíz misma en donde se plantea todo este drama cultural contenido en la doble significación de imponente nave o arquitectónico templo del conocimiento, el cual evocará aquellas corporaciones de estudios surgidas en el Medioevo como instituciones de la cristiandad y que, luego, en la Edad Moderna con la reforma religiosa y el advenimiento de los Estados Nacionales tuvieron como efecto la pérdida del carácter ecuménico presente en su ideario, adoptando un modelo distinto, que se reveló fecundo no sólo en la enseñanza sino concretamente en las investigaciones, hasta situarnos en la actualidad don de las universidades afrontan nuevos retos y dificultades.

Pero también el adentrarse y el bogar en las aguas de la tradición el poeta estará aludiendo a la propia vida, a la experiencia vital en donde se (la ese aprendizaje, y donde, en definitiva, construye con densidad sus códigos y referencias socio culturales, a través de una escritura que tiene la forma de un viaje, de una travesía. Y su viaje, a la vez, tiene la forma de una lectura, de una arriesgada lectura cognitiva que se funda en la crítica y en el cambio. Al poeta no le bastará la visión individual y personalista de su mundo representado. Con una excelente capacidad para crear símbolos recoge experiencias, reflexiona sobre las cosas que se le presentan, intenta encontrar la verdad en los razonamientos de los hombres, y busca trasponer la línea nebulosa del mal para así arribar a la luz del entendimiento y a la memoria colectiva. Sin embargo, al inicio nada hace presagiar el trasfondo del poema:

'Tos jóvenes con sus mochilas repletas de ilusiones y los viejos profesores con sus carismáticas risas socráticas se apretujan contra el viejo olor de musgos y los arrayanes caídos de tanto tiempo se pierden entre el oleaje del mar"

"Conozco que sus cuerpos han formado nuevos arrecifes y sus voces ecos que se estrellan contra las paredes donde nada es perceptible sólo la vieja semblanza del conocimiento y la ciencia".

Empero, muy pronto asistiremos a ese otro espacio estéril, nimbado poi- la oscuridad y la barbarie en donde se erige y humea en silencio aquel "castillo en ruinas habitado con ferocidad por hordas de "señores bañados de sombra" como clara (ilusión al deterioro cultural que atraviesa la sociedad contemporánea. Paralelamente a ello se marca un cisma, un quiebre con aquella enseñanza fría y doctoral -tomado en su sentido libresco, de mera erudicción de los "venerables y ancianos abuelos/que aparecen con raídas linternas fuera del método" los que no alcanzan a fijar otras coordenadas educativas arraigadas en la experiencia y en un intenso ritmo sincopado y cardiaco, de plenitud vital como única ruta posible de escape frente a tantas ruinas sociales e ilustres reliquias gobernadas por la tradición más ortodoxa afincada en el conservadurismo. La clave será, pues, una salvación cultural, una salida empapada de humanismo, con vientos de pueblo. No habrá más remedio entonces que bogar en ese ¡limitado espacio humedecido por la sensibilidad popular, bañarse en las márgenes esenciales de la propia subjetividad humana. El mar reflejará con nitidez la interioridad del poeta. Y en ese estado dual de quietud latente, de absoluto reposo -9 tensión dramática ha de brillar el reverbero, la estela y la trascendencia verbal. Por el H elesponto del espiritu humano surcará, con su mascarón de proa ardiente, esta delgada nave henchida de idealismos, dejando a su paso la huella profunda de su mensaje: "somos bellos tratando que todo lo nuestro permanezca". Pero aun cuando los hechos de la vida no pueden ser aprehendidos totalmente, sin embargo, la escritura revelará con intensidad el maravilloso tránsito de lo permanente, la erosión incesante de las experiencias cotidianas y ancestrales como testimonio inmenso de plenitud y comunión universal. Escribo partí testimoniar lo que sucede nos dirá el poeta, Por ello, acceder a la escritura es acusar recibo dé vida. De allí que en el decurso por las varias estancias o compartinientos del poema, éste se abrirá esplendorosamente hacia el mito y la alegoría, llevando consigo un sabor épico, de crónica, de libro sagrado o de revelaciones, en donde, incluso, hasta el amor se funde con la mitología:

"Hay una hermosa historia digna de contar entre el agita y el fuego un día en que la interminable tristeza invade todos los compartimentos de la vieja nave Nelly es pequeña como la claridad insondable de su risa escuchó sus bellas palabras asidas a la claridad terrenal de sus expresiones que colgaban sobre los balcones en los interminables resquicios de la ¡?¡mortalidad"

"Conocí su reino y fue una diosa pariente de Afrodita y todos aplaudimos la inmensa paz de su mirada.

Pero sobre todo, lo que el poeta va a testimoniar -9 denunciar son tus ruinas morales, los socavones corrompidos del espíritu humano, "el infinito estéril N la barbarie que habita en las fronteras áridas del alma. Y frente a este mórbido ámbito de horizonte sin luz surgirá de entre los bancos arenosos de Piura y los médanos -Y dunas del mar la figura mítica, prometeica, de Julio Yamunaqué quien, dentro de todo el contexto, cumplirá una función liberadora y central pues en su inextinguible odisea, a través del tiempo, ha de sostener el legado cultural de su pueblo, y de la humanidad toda, preservando sus ideas, creencias, códigos sociales, técnicas, ritos, concepciones étnicas y religiosas: "Julio Yamunaqué 1 es una copia o una vieja canción que se pierde en el desierto". En su inspirada condición de Cantor, Vidente, Ladrón M Fuego él mismo encarna la virilidad y el heroísmo, la sabiduría popular, el poderoso hálito de la tierra fecunda, así como la voz ancestral del mito y la floreciente visión moderna. Todo ello afirmado en la fuerza de la fe y la utopía que subyacen en las pulsaciones de ese mar de fondo de la conciencia colectiva.

Con este poema abiertamente críptico y fundacional Gustavo Armijos instaura -¡rente al antitradicionalismo (post) moderno~ una tradición lírica autónoma, esencial y comunitaria en donde la narratividad y la norma lingüística, el referente geográfico espacial y la traslación dinámica de acciones y tiempos múltiples van a afianzar el sentido alegórico-mítico y la antinomia de valores socio culturales, ejes predominantes que cristalizarán en este sostenido canto, uno de los más intensos surgidos en la poesía última del Perú, el cual habrá de finalizar con mucha intuición en su propia revuelta, en el origen, en aquel pasaje preliminar -que servirá de homilía o introito a todo el texto- Piedra angular del conocimiento, corsi y recorsi de la aureolada palabra poética, palpitando como una promesa salida del porvenir:

"Somos, mañana diremos, éramos un grupo humano de distintas extracciones, de diferente nivel de formación hablantes de otros idiomas unos enseñarán a los hombres del futuro Perú, otros a los niños de América y también los que tendrán que alimentar de conocimientos a los jóvenes en distintas especialidades y perdidos en las profundidades del sigiloso mar.

Callao, Primavera del 2002.

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