16 noviembre, 2008

Poemas / Gustavo Armijos

LA CIUDAD DEL SONIDO
Hay un borde sonoro en que los hombres se empinan
tratando de alcanzar las ciudades que se diluyen
sin tener fronteras
sin enemigos que puedan destruir
los campos salvajemente tatuados de verdor.
La ciudad de la quietud se podría llamar
pero tendría que volverse a un reino de cal blanquísima
a una villa enfarolada.
Volver sin recordar los hilos de la noche,
los huesos pútridos y los nichos cambiados de lugar.
(Inclusive reconstruir las murallas de la ciudad)
2 puertas de bronce (Una en la Portada de Guía)
(Y la otra en el Puente Huáscar)
Has de meditar entre las puertas del Hades
entre las murallas que cercaban la ciudad.
Las casas perdidas en un bosque de alientos
acorralados por las brisas de los malecones
en tu periplo perdido por las aguas.
Te ofrezco un mundo amable y bello
y el corazón de nuestros hijos apadreados por los bárbaros
que me niegan esa postal ya olvidada
entre mis libros de aguas calientes acantiladas.

NIÑA DE LOS HELECHOS
Sola y desamparada niña de los helechos.
La recuerdo como nunca en estas pistas.
Son un manto de grullas volando con Rumbo Sur
Una marea de codornices gritan el triunfo final
en Cartagena de Indias- 1979.
Tinieblas rojas. El misterio en tus ojos.
Nubes de polvo provienen del cielo.
Y de las canteras se extraen piedras
para construir los muros de una gran ciudad
en este mar donde un cardume me anuncia el
remordimiento.“Aquí están los toneles de Ron Caldas”
“Aquí está el aguardiente Cristal”
revueltos con barro colorado.
Nadie me pidió venir
ni acercarme a la tempestuosa caminata
rodeado de caracoles
y pensar que en un momento tu pelo fue una fruta
desnuda
perdida en los cañaverales
y tus rodillas mazorcas de maíz.
Extranjerísima al mirar
Viñetas Tablas de cerámica
Telas y tesoros del arte
Retratos son el bajo relieve
Acrílicos de sus gestos y ademanes
Vitrales
Cartagena de Indias – 1979
Existen caras brutales en medio de la descomposición
de la luz plateada en el ocaso.
La gente es una barca frágil
en una mañana cualquiera que busco razón a este
peregrinar.
Algunas aceras muestran cartageneros
alegres morenos
y hasta algunos rejuvenecen
como espirales de luz
más allá de toda experiencia
encuentro en sus seres
un colmenar de abejas dormidas.
En bella Unión leía el libro de los mitos
y encontraba los textos con un filo de navaja
arribando a la primavera de las flores y las frutas.
Ahora quizá ordene el racimo de adornos plásticos.
Aquí comienza el mar Caribe.
-Nosotros somososcuros seres
en un barril de vino-
Sin embargo tomaré el interurbano
para iniciar las indagacionesde no tener una fotografía tuya
y beberé una sopa de espárragos en un tambo
cerca de una gasolinera/ gozando la plenitudde la noche en un otoño extranjero
Cartagena de Indias –1979
Todavía oigo tu risa en el ecran del Cine Central
o es una locura decir: ni exiliado ni turista.
Y la línea férrea no rememora la eternidad
y si me dijeras ahora: nunca te quise
como aquel entonces en las cercanías de un puesto
de periódicos
el muelle me devolvería de un palmazo
el recuerdo de la partida
confrontando el problema de la predestinación
o el estupor lastimero
bajo una brumada cañones de incienso.
Y navega mi imagen en tu presencia
y los acorazos arremeten
contra la cubierta de los aeroplanos
en un simulacro de guerra.
Te amé entre los ruidos de caucho
y ahora que evocar tu enagua cereza
y lo que fuiste para mi una fuente de hiel.
Cartagena de Indias, 4 de abril de 1979

ARTE POÉTICA
Este oficio que ejerzo y no lo cambio por otro
de los que han ocupado mi precaria existencia
impecablemente absorbente que hasta perdí la medida
de las cosas mediatas; sin embargo la labor es tan profícua
que escribo de día, noche y hasta tras la lluvia
y bajo los truenos y rayos que cruzan mi vida.
Este oficio tan inigualablemente fiel
al agua o el fuego en medio de calles y avenida multicolores
y los versos que he ido enhebrando con espíritu festivo o lúgubre.
Pero riqueza material no me ha ofrecido
y mientras con certeza observo calles y gente sin paz interna
mi existencia terrena continua recostado sobre escritorios
frente a micrófonos que dispersan mi voz en el éter
por palabras como fuego o como balas en la noche
en que escucho Rinsky-Korsakov volando sobre oropéndolas.
Este oficio que sirve para ponerle color a la tarde infernal
pero que una mañana permite guardar la memoria de los vecinos
más allá de los pantanos infectados de sanguijuelas.
Este oficio dulcemente bello para escuálidas muchachas
perennizadas en el tiempo de sequía o de abundancia
algunas con dientes aperlados que nos sonríen desde el más
alto lugar de la azotea.
Este digno oficio llamado poesía que ejercemos en la noche
tranquila y serena y no apto para cardíacos
y porque la verdad, la verdad es que todos estamos terriblemente solos.
Es el manantial del que muchos quisieran beber
pero muchos son los llamados mas poco los escogidos
a copular de manera interminable con las musas.

HORÓSCOPO
Cuando te vi un estremecimiento extraño invadió mi ser
como si trepara por las lomas empinadas que forma la arena
convirtiéndome luego en médanos o dunas.
Qué escandaloso sol hacía en aquel instante
que hasta los bichos habían desaparecido
para dar paso a tus palabras hoy rememoradas:
no sé si fuiste primero tú o la poesía.

ESPEJO NATURAL
Estoy reflejado en el estanque.
Toda mi figura ha quedado
grabada en el agua.
El paraíso es el pasto
que me cubre las orejas.
También se refleja en el agua.
Fui amable conmigo.
Cómo podría olvidar las murmuraciones
mi figura, el agua, el paraíso
reflejado en el estanque.

PARAÍSO
El bermellón de los papagayos
la penumbra de las estatuas
la húmeda canción del desterrado
el olor del mar cuando está picadol
a elasticidad de los limoneros
la soledad de los bungalows
están las retinas tristes
por el bermellón de los papagayos
el orgullo de hierro
que se pierde en el horizonte
la penumbra de las estatuas
sol en movimientoafinidad excelente del cuerpo
confortable bilis que endulza
déjala que se divierta
hasta convertir en floresta
un paraíso de arena.
Te flagelan las nebulosas
el humus en medio de ti
crece crece crece crece
debe crecer
el tallo y su sombra
en el paraíso.

UNA ESCENA DE INFIDELIDAD EN LOS ARENALES
Antes de ingresar a Ica y cerca a un banco de arena
/detengámonos
para recordar a la esposa amada, lloremos frente a tanta
/desventura
cerca a los vientos que arrecian y golpean la cara
/intermitentemente.
No se borran fácilmente las huellas y el reflejo de las telas
nos conducen a una aflicción mortal por el perfume de los
/viajantes.
Existen lágrimas vertidas por el recuerdo
pero ya no estás presente porque nuestros hijos han partido
distintos destinos les espera lejos de los amuletos.
Uno de nuestros herederos intentó trepar por la pendiente
pero nuestra ruptura conyugal estaba decidida hace años
cuando abandonaste el hogar y el amor mataba
ahora ha transcurrido el tiempo y otras aflicciones me
/seducen.
¿Acaso mi corazón no es conciente que otro te
/empujó
a odiarme sin que tus ojos lograran apartarme de tu memoria.
La infidelidad hirió de muerte mi corazón maltrecho y
/desgarrado
era tan intenso el dolor comparable con la esquiva muerte.
Me regocijé hundido en el ocio mientras se desplegaban
las alas del desatino y tu trampa no tenía el más mínimo éxito.
Atravesamos la Plaza de Armas las ropas están raídas y
/desgarradas
y tratamos de llegar a un valle cercado por médanos y dunas.
No apreciamos ningún páramo sólo el reflejo de tu tes y talle
/esbelto
para nuestro consuelo sin adorno que cubra la miseria
/humana.
Al entrar la tarde nos alejamos para siempre en señal de
/abandono
nos ahogamos en alcohol y tabaco para nuestro consuelo.
El ardor de ella era intenso como su fuego en la cama
tan saludable como el más fructificante vaso de jugo de ciruela
hubieron luego tantas mujeres pasajeras
como la circunstancial compañera de un viaje en tren
pasaron los años pero nunca pude olvidarla
por tan inimaginable misterio de la infidelidad conyugal.

PLASMADO EN UNA TELA DE LOS TALLANES
Para ingerir la bebida de los dioses
no es necesario observar el néctar
extraído de nectarios acumulados en odres.
Basta navegar en ciudades con embarcaciones precarias
frente a oquedades y silencios de la vieja Narihualá.
La vieja calle del Playón o Arequipa
guarda la memoria de los chilalos
pájaros coloreados por el mágico sol
en el invierno de musgos contenidos en el tiempo.
Aquí está el mercado donde se expenden mercancías
desde siglos inmemoriales lejos del curaca.
Ahora puedo mirar de manera caleidoscópica
la cara de una muchacha con el rostro impregnado
de color verde o amarillo y con sus calzones
color fucsia, jamás desea ser observada por inigualables
muchedumbres hastiadas del mango sabroso
derritiéndose por la comisura de los labios.
Los soleados patios tienen jóvenes paseantes con rostros
/oscuros
que esperan amaine la insufrible tormenta
agua que viene desde el infierno cruel
y solitario de los abandonados del planeta.

EN EL BAJO PIURA
Nos internamos en un dédalo endemoniado
para custodiar los deleznables delfines
que aparecían en un hotel de lujo.
Al norte de PIRHUA la patria pequeña y heremosa
que el destino nos legó tostados por el riguroso sol.
Habitada por recolectores y cazadores cerca de Aypate
y los baños termales de Chocán donde brota agua
purísima del manantial formado por piedras
incrustadas en las rocas del destierro y la penuria.
Todos los árboles, algarrobo, guayacán, palo santo, ceibo,
oreja de león adornan el paisaje inconcluso
también los animales, gato silvestre, puma, sajino, buitre
/selvático
formándose el espejo de agua
y nos internamos para mirar el mangel gramadal.
Que inescrutable tierra nos cobija lejos del ruido mundano
y en medio de la carretera que nos lleva a Sechura
garzas y flamengos se cruzan por el templo de los jaguares.
En las lagunas de Shimbe o Sivericocha ha quedado mi aliento
flotando como una embarcación a la deriva en las aguas de
/San Martín de Sechura.

EL UNIVERSO EN TUS OJOS
Siempre te escapas en el denso oleaje de una marea negra
y mientras huyes se va diluyendo el minúsculo laberinto
en que dominas tu mirada frente a la costa de los vientos.
¿Qué territorio te sujeta a la faz del planeta?
¿A quién indagar por las líneas que nos conducen de manera
/laberíntica rumbo a la eternidad.
Si me miras pienso que la noche comienza a encender
sus fuegos en tus ojos de gacela
nada mejor que la luna entre tus cejas como claras líneas.
No deseo que tus pensamientos se atropellen como corceles
/ peatonales
y el cielo raso sea una selva oscura es esta mezanine
donde tu silueta es una piedra que no da en el blanco
y se desliza tenuemente como una lluvia hacia el confín
/del universo.
Hay intensa confusión de litigantes cuya única controversia
es la muerte como puerto a la intemperie en el invierno.
Los seres humanos convertidos en estatuas de granito
los papeles apilados hasta construir una fortaleza
y entonces el viejo adagio hecha la ley y la trampa
quedó cerrada para los inmensos impostores de la ley.
Nada queda para el amor en estos predios lúgubres
y al final de la tarde todo ha de ser como al comienzo
tú una mujer de esbelto talle y sinuosa cabellera
y yo pobre cojudo tratando de ganarle un juicio al destino.

IL GIORNO DEL RICORDO
El guardavalla esconde sus secretos en un jardín
juega con una pelota cerca de los ojos de miles de aficionados
que excitan sus ojos en busca de un gol.
Tantas historias indigeribles para miles de hinchas
agolpando las graderías llenas de vítores
“fuerza cristal”, “arriba alianza”, “y dale U”
sueños que se adelgazan en la mente
de quien tantos domingos compartió emociones desde una caseta.
Es acaso la vida perdurable en medio de la tempestad
de los que visten de corto y su conciencia está ausente de identidad.
El balompié es la mejor droga del laberinto entre sedentario y nómada
por la que transitó mi existencia terrena.
Cuando siento que llegará el final del túnel de mi orfandad
y todavía están secuestradas en mí tantas emociones contenidas
en una crónica deportiva que el tiempo alcanzó a quemar
quedan en mis oídos los huaynos, mulisas, marineras
que trajo gente de la costa, sierra y selva alentando sus equipos.
Nadie sabe o muchos ignoran esta vida que llevó estadios lejanos
cerca de la belleza flameando estandartes, ondeando banderas
Dios mío porque mi vida carga de soledad e infortunio
la comparto con miles de hinchas que ríen, lloran
apasionados por el hilvanar cánticos de gloria
con sus barras bravas anegadas de violencia.
Pasión de multitudes, alegoría de desposeídos
viejos vocablos en labios de chicas exóticos en busca de aventuras
distraídos para siempre en las soledades de los grandes escenarios.

FILM
Herido por un vocablo fatal quise volver de la hospitalidad
retornar del grosero zodiaco.
Quise captar toda la luz caótica
disfrutar la disolución sombría
como refugio de ave rapaz.
En pleno siglo XXI destruir ese mundo interior
que cada día me consume de manera ciega irracionalmente menospreciado.
Ya no me importa sicoterapia alguna solo la obsesión
consecuente del artista me acompaña
todo sigue igual como en un añejo film.

EVOCANDO LOS RIGORES DEL DESIERTO
El rojo o naranja vivo de su boca me enloquece
sus bellos ojos y espléndida mirada se expanden cada eternidad
entre las estrellas cabalgan como briosos corceles o gacelas.
Valia es mi aflicción permanente
y la busco presuroso de noche
en la pantalla pequeña o caja boba.
Busco el eco de su llamada
o la amplia soledad sumamente esquiva.
Mis manos crispadas por la angustia
tratan de desnudar las tinieblas
a las que ascienden los bienhecheros
que la pretenden colmar en el elogio.
Un estremecimiento mesurado me seduce
el impulso colmado de amor me aletarga
más bella que la hechicería de sus ancestros.
Tal como la veo con suntuosas ropas
y una suave brisa galopa su rostro
con maquillaje hasta el hartazgo.
Procuro el reposo con la certeza
que es el reflejo de la eterna poesía.

31 de DICIEMBRE 2005 (LICOR DE ORO)
Limpia es la vida, ignorante la muerte
no existo una línea imaginaria
que las separe lejos de los flancos.
Cáncer o cangrejo que se mueve en todas las direcciones
del retorno infinito.
Renacer al principio o fin
que se hace despiadado
que se vuelve lleno de reproches con la conciencia.
La gratitud es el deber duro de partir
donde el gran creador genera castración
de almas plagadas de reproche y vicio.
Cáncer al más alto crimen de la civilización
y de la geografía del desconsuelo.
Brebaje que se siente cálido y agraciado
como vino espléndido derramándose en la mesa.
Cáncer lo mejor de viña alguna
donde reposan las constelaciones
en los días de estremecimiento y aflicción
que me constriñó ante ojos sorprendidos
singular forma de pertenecer a la cofradía.
Quisiera apresurar el reposo y mirar la noche
como un manto desierto y peligroso
como si fuera a tramitar un expediente
para cumplir la promesa de marcharme para siempre.

Publicaciones de Gustavo Armijos

30 años de poesía peruana contemporánea / Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Facultad de Educación, 2003
Acuático / terrestre / Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, Instituto Cultural, 2005
Acuático / terrestre (Poemas Anfibios) / Eds. de la Tortuga Ecuestre, 2006
Antología de la poesía peruana / Colegio de Periodistas del Perú, 1985
Cantigas de Ruth / Ediciones Capulí, 1980
Celebraciones de un trovador / Asociación Nacional de Escritores y Artistas, 1993
Celebraciones de un trovador / Ames, 1977
Conversatorio / Haravi, 1989
En esta vieja nave / San Marcos, 2003
En esta vieja nave y otros poemas / Fondo de Fuego, 2000
Liturgia de la vigilia / Edit. Ames
Liturgia de la vigilia / Edit. J. Mejía Baca, 1983
Los memorables del 70 / Eds. de la Tortuga Ecuestre, 1983
Poesía peruana contemporánea / Eds. Cultura Peruana, 2003
Retrato humano / Edit. El Arte Tipográfico, 1971
Tierras del exilio/ Eds. Arte Reda, 1982
Varia canción / Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Fondo Editorial, 2003

Acerca de Gustavo Armijos

Augusto Tamayo Vargas
Gustavo Armijos (Piura,1952) Ha realizado en pocos años una tenaz tarea de producción poética y de divulgación al mismo tiempo de la poesía. Con su revista La Tortuga Ecuestre difundió, a la par que su obra, la de otros miembros de su generación y también de las anteriores, en un perfeccionamiento cultural que ha ido cimentando su personalidad literaria donde se combina cierta erudición incluyendo traducciones como la poesía de Dylam Thomas con un lenguaje "criollo" en que caben las manifestaciones de diversos sectores del país.
La editorial Ames publicó su libro Celebraciones de un trovador, donde no se deja de intercalarse textos de lectura variada y su persistente transitar de mundos diversos ajenos a su trayectoria vital - y de escritores preferidos como Frost, Pound, Mc Leish y, sobre todo, Kerouc y Allen Ginsberg, que dejan una impronta beatnik en todo el proceso poético de Armijos. Es de notarse estas manifestaciones al lado de la consiguiente insatisfacción por la realidad objetiva que lo circundan en que asonan juegos, cantos, paisajes, trascurrir desolados basurales, desde su perspectiva erótica. En que Ricardo Gonzales Vigil cree encontrar, sin embargo la esperanza de una epifanía a través de la palabra.
Publicó Liturgia de la Vigilia; y mereció el Premio de Poesía de la Municipalidad de Lima con su libro Tierras del Exilio en 1982.
Esta valiosa contribución a la poesía peruana constituye un esfuerzo creativo que bien merece situarlo en un lugar preferente dentro de las aportaciones de este último decenio, por las características y cualidades ya reseñadas. Contribución modélica que celebramos sincera y entrañablemente por los méritos excelentes que conforman su contenido y forma.
En: Historia de la Literatura Peruana Ediciones Peisa. Lima, 1992 Tomo III

Armando Arteaga
Para mi gusto, entre sus libros, destacan: “Liturgia De La Vigilia”, que es un trabajo muy de cerca a la “beat generation” y a la poesía de Ernesto Cardenal, tiene algo de Nicanor Parra y Enrique Lihn, de la nueva poesía cubana y de “poesía en movimiento” de los poetas mexicanos. El poema “Los porrones de vino a la hora del desayuno” es de los mejores, digamos de antología. Lo recuerdo con mucho cariño, varias veces leído por Max Dextre, en algunas de nuestras numerosas conversaciones matinales de café. El poema “Transfiguración” merece especial atención porque allí el poeta es capaz de definir el perfil casi fotográfico del personaje André Derain. Esa manera de definir, de construir y de pintar personajes, ha sido uno de los aportes más interesantes de los poetas de la generación del setenta: en Oscar Aragón, en Enrique Sánchez Hernani, y en Juan Carlos Lázaro, también podemos encontrar este tipo de poemas. Tal como sucede en los libros de Fayad Jamis y en los de Rogelio “Wichi” Nogueras, poetas que hicieron del poema un pretexto para dibujar, fotografiar y hasta filmar personajes tomados de lo cotidiano y lo conversacional.El poema “Foederis Arca” con el que termina el libro “Liturgia De La Vigilia” me parece que debe ser analizado con mayor destreza por los críticos. Es un poema muy bello, y Gustavo a tenido la suerte y la persistencia de haberlo escrito.

UN POETA VIAJERO DANDO VUELTAS EN LA MISMA ESQUINA
Pasaron varios años desde aquellas tertulias literarias de Palermo, y el poeta Armijos fue diseñando su propia poesía con mayor coraje y con la virtud preciosista de estar en los caminos de la moda literaria donde fue definiendo el devenir de su postura, en la coyuntura de los años setenta y ochenta, hasta que llegó la desastrosa experiencia política y la debacle del primer gobierno aprista, la destructiva y violenta presencia de Sendero Luminoso y el MRTA, sumándose a todo esta desventura nacional, el desenlace casi “novelesco” de la imposición de esa plaga social que aún recorre como fantasma malévolo el país y otras partes del continente latinoamericano: la corrupción social y política, que en nuestro caso se llama “fujimorismo”, modificando parte del escenario de la cultura peruana, que volvió a casi todos los poetas post-setenta en ineludibles autores de empalagosos y discordantes textos.A Gustavo Armijos no le hizo mella nada de esto. Ni la pauperización de las masas, ni el nuevo movimiento migratorio de las poblaciones serranas hacia las ciudades de la costa, en actual vigencia. Siguió su camino de viajero por los continentes y los países más recónditos, y por los paisajes más exóticos aún de su propia poesía.Roland Barthes en “El grado cero de la escritura” explica esta fenomenológica social y literaria entre los encuentros y los desencuentros que actualmente se dan en la prosa y en la poesía. En una nueva configuración de los nuevos “textos” literarios de la “nueva literatura peruana” de los últimos treinta años, deben utilizarse nuevos parámetros para el análisis literario, los instrumentos que han sido utilizados hasta ahora por la incipiente “crítica” literaria son obsoletos: sociologuistas y estilísticos. No valen mucho, si hablamos en serio. Debemos seguir buscando otros pretextos validos para otras interpretaciones también validas y actuales. Veamos con otros ojos la realidad literaria actual.¿Existe una escritura poética? -se pregunta Barthes-. Y el mismo pionero de la “nueva” critica francesa se responde:“En la época clásica, la prosa y la poesía son magnitudes, su diferencia es mensurable; no están ni más ni menos alejadas que dos cifras distintas, contiguas como ellas, pero distintas por la diferencia misma de su cantidad. Si llamó prosa a un discurso mínimo, vehículo más económico del pensamiento, y si llamo a, b, c, a los atributos particulares del lenguaje, inútiles pero decorativos, como el metro, la rima o el ritual de las imágenes, toda la superficie de las palabras se encontrará en la doble ecuación de Monsieur Jourdain:Poesía = Prosa +a+b+cProsa = Poesía -a-b-cDe donde la Poesía es siempre diferente de la prosa, pero no se trata de una diferencia de esencia sino de cantidad. No atenta a la unidad del lenguaje, que es un dogma clásico. Hay una dosificación diferente de las maneras de hablar según las ocasiones sociales, aquí prosa o elocuencia, allí poesía o preciosismo, todo un ritual mundano de las expresiones, pero siempre un lenguaje único que refleja las eternas categorías del espíritu. La poesía clásica era sentida como una variación ornamental de la prosa, el fruto de un arte (es decir de una técnica), nunca como un lenguaje diferente o como el producto de una sensibilidad particular. Toda poesía no es entonces más que la ecuación decorativa, alusiva o cargada, de una prosa virtual que yace en esencia y en potencia en cualquier modo de expresarse. “Poética”, en la época clásica, no designa ninguna extensión, ningún espesor particular del sentimiento, ninguna coherencia, ningún universo separado, sino sólo la inflexión de una técnica verbal, la de “expresarse” según reglas más bellas, por lo tanto más sociales que las de la conversación, es decir proyectar fuera de un pensamiento interno que sale armado del espíritu, una palabra socializada por la evidencia misma de su convención.Sabemos que no quedan rastros de esta estructura en la poesía moderna, la que parte, no de Baudelaire sino de Rimbaud, salvo que se quieran tomar, según un modo tradicional modificado, los imperativos formales de la poesía clásica: los poetas instituyen en adelante su palabra como una naturaleza cerrada, que reúne a un tiempo la función y la estructura del lenguaje. La poesía ya no es una prosa ornamentada o amputada de libertades. Es una cualidad irreductible y sin herencia. Ya no es atributo, es sustancia, y por consiguiente, puede muy bien renunciar a los signos, pues lleva en sí su naturaleza y no necesita señalar afuera su identidad: los lenguajes poéticos y prosaicos están suficientemente separados para poder prescindir de los signos de su alteridad.Es más, las pretendidas relaciones entre el pensamiento y el lenguaje se invierten; en el arte clásico, un pensamiento ya formado engendra una palabra que lo “expresa” y lo “traduce”. El pensamiento clásico es sin duración, la poesía clásica sólo posee la necesaria para su disposición técnica. Por lo contrario, en la poética moderna, las palabras producen una suerte de continuo formal del que emana poco a poco una densidad intelectual o sentimental imposible sin ellas; la palabra es entonces el tiempo denso de una gestación más espiritual, durante la cual el “pensamiento” es preparado, instalado poco a poco en el azar de las palabras. Esta suerte verbal, de la que caerá el fruto madura de una significación, supone entonces un tiempo poético que ya no es el de una “fabricación”, sino el de una aventura posible, el encuentro de un signo y de una intención. La poesía moderna se opone al arte clásico por una diferencia que capta toda la estructura del lenguaje y que no deja entre esas dos poesías otro punto común que el de una misma intención sociológica.”Walter Benjamín en “El surrealismo: la última instancia de la inteligencia europea” también habla de cómo van casi siempre en la misma vereda los acontecimientos sociales y las obras literarias, es decir los textos: “Las corrientes espirituales pueden alcanzar una pendiente suficientemente agudizada para que el critico edifique en ellas su central de fuerza”Jaques Derrida en “De la gramatologia” también refiere a la relación entre la sociedad y el escritor, relación por demás desastrosa cuando se dan terremotos sociales donde algunos autores reverenciados en ciertas décadas terminan olímpicamente olvidados e ignorados debido a la presencia del mercadeo de las editoriales y al gusto del público que cambia, pero que nada tiene que ver con la buena literatura. Si después de la tempestad viene la calma, solo quedan los “textos” del escritor para ser analizados. Sobre esta relación entre “el escritor y sus fantasmas”, es valida la propuesta de Sartre en su libro ¿Para qué sirve la literatura?, pero siempre deben quedar los “textos” del escritor para el posterior análisis literario. Derrida ha dicho: “No hay oposición ni distinción social entre texto y practica social. Toda practica social pasa por el texto, y todo texto es en si mismo una practica social”.En el caso de Gustavo Armijos para analizar al poeta y su “descolocada época”, bien vale recurrir a sus “textos literarios” que el siempre asume como poemas, porque reclama para sí su propio recurrente creativo. Ir a sus “Tierras de exilio”, que es su libro de poeta mochilero, es también pasear por los desastres y esplendores de toda una epoca.Los poetas de la generación del 70 siempre emprendieron el viaje hacia cualquier parte del planeta. Era una manera de salvarse. Se buscaba el destierro voluntario o el exilio obligado. No lo sé. Me acuerdo sí que casi todos se largaron de viaje a países exóticos, lejanos, o hacia sus respectivas provincias, algunos rechazados, otros integrados, por flujos y reflujos, donde -nuevamente- luego del impulso emigrante hacia la metrópoli limeña, quedó la experiencia de haber estado en alguna parte muy especialmente distinta a la estancia de Lima, o en ningún otro escenario, cada cual forjó su propio espacio para emprender la experiencia personal del poema hacia el “eterno retorno” en un lenguaje divergente a los demás poetas latinoamericanos de cierto prestigio, o por fin ir hacia el seno maternal de la poesía peruana. Todos habitaban fuerzas centrípetas y centrífugas, todos viajaban por placer, ninguno por necesidad de trabajo como lo expresan ahora los jóvenes “sudacas” en Europa y los “peruchos” en Estados Unidos. Volviendo a los poetas del setenta, muchos regresaron, otros volvieron a largarse Algunos no regresaron nunca, Y otros no regresaran jamás porque ya pertenecen a “la sociedad de los poetas muertos”. La generación del setenta fue contestataria, y Armijos es un digno representante de aquella época. Sus libros son su mejor respuesta de esa experiencia.“Tierras de exilio” es de alguna manera ese libro puro y por momentos difícil que da testimonio del viaje personal, gesto que está también en la novela “En el camino” de Jack Kerouac, o en la búsqueda de los jóvenes “nadaístas” y de la “literatura de la onda”. Ir tras aquella alucinante y libre trayectoria mental de la libertad espiritual para liberarse de la alineación o el stress urbano, que termina casi siempre arruinando a los viejos, volviéndolos locos y solitarios. Los jóvenes de todas las generaciones siempre se largan de sus casas, se van, eso es siempre la moda. Algo que nunca incomodó a ninguna generación.Los poemas más resaltantes y eficaces de “Tierras de exilio” son “El motorista” que es un poema que nos lleva por el desenfreno caribeño de un lenguaje muy libre, por momentos parece incoherente, pero vuelve a recuperar su plenitud inductiva para configurar al personaje que resalta en el poema, que va en dos tiempos y en dos espacios literarios, pero con mucha unidad. Ciudades como Cartagena de Indias, Medellín, la Bahía de Veracruz, Bogota, y Cali, van definiendo el recorrido del viaje del poeta desterrado, lleno de premuras y de exóticos néctares que en el vagabundeo el poeta va bebiendo para aplacar la sed humana y desaforante que surge de aquel cielo caluroso, sofocante y solariego, de esas calles llenas de mujeres exóticas y de paisajes sinfónicos que el lector puede siempre ir descifrando, allí donde siempre: “El ceremonial humano entristece el ojo de Dios”. Allí también, el poeta acepta las ganas de vivir, el compromiso de acceder a los sueños propios.Otros poemas reconfortantes son “Las autopistas de América Central”, “Hamburguesas de exilio” y “Una barroca estancia en La Panamericana”. Armijos sigue la transición de la poesía del setenta, conversacional y prosaica, en deuda con el imaginismo de Pound.Así en el exilio, como en el destierro, que no siempre es lo mismo para el poeta, es eximia siempre la experiencia. La estancia de la alegría es un férvido homenaje a esa experiencia, es el fuego de los incendios. Todo el viaje del exilio es “como un viejo filme en que los amantes buscan un nido de amor en un fin de semana”. Algo exótico, algo imposible, cazar rinocerontes en el Perú.

Raúl Jurado Párraga
ACUÁTICO / TERRESTRE O LA PASIÓN DE LA SOLEDAD NAVEGANDO EN EL FUEGO DE LA MEMORIOSA POESÍA.
Acuático / Terrestre título dual configura un universo de extensiones cantadas donde el yo poético adquiere por momentos signos de narratividad a través de un lenguaje coloquial, a la vez configurando un discurso de versos burilados en madurez poética.
Acuático / Terrestre es para nuestro gusto un poemario que prueba que desde la aparente marginalidad a la que a veces somete la crítica oficiosa a algunos poetas es posible generar una poesía vigorosa.

Foederis Arca y Otros Poemas

FOEDERIS ARCA y Otros Poemas. Gustavo Armijos. Ed. Asociación Cultural Tallán. (31 pp)

Por Carlos Valencia

“Tú nombre ha quedado en mi vida/ como la huella de un neumático en la pista” G. Armijos EL COMENTARIO Con un marcado tono de un sermón dictado por la conciencia de los procesos cognoscitivos, el poeta se enfrasca en remolinos evocativos, entre metafísico y astrológico de un hipnotismo acendrado se proclama con voz altisonante.Acompañado de un cincel modela a la mujer, desenfadado puede pasar de las pampas de comas a las constelaciones del universo “Sobrevolando valles” en sueños, falsos recuerdos. En una fiesta final de plegarias y salmos, entre cortinas al trasluz en un acto íntimo buscando la eternidad del goce, pulsión sin límites en aprisionamiento entre cuatro paredes. Y con travesía total de la concupiscencia como tema central, constante temática. Se incluyen frases en latín, italiano, e inglés que engalana la emisión poética.Felicitamos este poemario que agradecemos por su madurez en el oficio del escritor.EL ANÁLISIS- El poeta puede pasar del microcosmos al macrocosmos: la indisoluble eternidad“A veces pienso que soy el universo roto de terrazas/Y oculto a la gente frágil y solitaria en toda la extensión/ de la palabra” (p.17)“Sin eternidad siquiera en esta tierra elevaré mis proclamas/ donde la heredad se aterciopela, taladra el espacio,/ retumba en el olvido y se marcha entre escarpados encerraderos” (p.23)“no busques alambradas de lo eterno” (p.15)- Atrapado por Quilca el jirón bohemio de Lima“Y suena la música satánica en una ciudad atrapada/Entre fauces de montones de basura de manera espectral” (p.31)- Nos concede esta imagen de Andy Warhol y el pop art“Apreciando una agradable riña de tabernaEntre el tráfago de calles donde el pop artEs un castillo de cubitos maggy” (p.6)- Marcada Introspección“y mi lecho terrestre puesto a prueba de balas y esa carta de amor/Que escribo en el rincón más oscuro de mi cerebro” (p.6)“Y con una bocina celestial pedirle:Escóndeme bajo la ternura de tus ojos” (p.7)“¡Ante quien ocultarme – si también soy un hombre solitario-“ (p.17)“Está lloviendo fuertemente/ y la ciudad se enreda entre avenidas silenciosas” (p.24)“Pero evoquemos al dios de la soledad y telefoneémosle desde esa/ teogonía quemante hasta el delirio” (p.5)HUMOR“Y su cara de fruta que recuerda y me recuerda toda mi tristeza/ de aquellos parajes solitarios por donde alguna vez dejé/ discurrir cubos de ceniza que eran mi exacerbada existencia/” (p.5)HUMOR Y EROTOMANIA“Y sabían después de todo que el amor era una almendra/ que colocaba sobre tu sexo/ una jungla de sombra y misterio” (p.19)“Y yo te siento interminablemente herida de placer/ sola y yo como un ave milenaria/ estoy volando sobre tu pubis” (p.29)EROTOMANIA Y SENTIDO AUDITIVO“como ayer que hicimos el amor de rodillas/ y los vasos hacían ruido hasta no acabar/ y los grillos eran acribillados por los carros/ de los turistas” (p.14)“Un radio portátil nos permite escuchar ritmos de moda/ mientras te mueves como un reptil y recibes descargas eléctricas/ de mi cuerpo” (p.28)MUERTE“como si fuera a tramitar un expediente/ para cumplir la promesa de marcharme/ -para siempre-” (p.25)“ahora que tendré que decirle que mi mejor deseo es volver/ a la vida eterna” (p.8)ONIRISMO“ahora que llegué al convencimiento que el sueñoEs mi segunda existencia” (p.15)NEOLOGISMOS: rumeemos,“Mientras tanto/ rumeemos los años/ y dejemos la torpeza en el campo” (p.16)

En esta vieja nave: travesía y encrucijada del conocimiento

Por Antonio Sarmiento

Uno de los capítulos centrales en la historia de la humanidad es el largo viaje emprendido por las civilizaciones para alcanzar las rutas del conocimiento. Esta travesía fecunda ha sido trazada en las cartografías mentales de los grandes pensadores surgidos desde la antigüedad hasta nuestros días. La literatura, en gran parte, se ¡la embebido de esta gran saga humana que se remonta a aquel espléndido mito antiguo de Guilgamesh, antecesor mesopotámico del Prometeo griego, que sufrió por la humanidad para alcanzar el don de la inmortalidad y transmitir a su pueblo el conocimiento de todo lo que existía antes del diluvio. Arrancadas de la gran página del mundo, ésta y otras cautivantes leyendas se han constituido por siempre en ejes temáticos o en metáforas indisolubles de la conciencia creadora de poetas y herederos del fuego artis tico y cultural, como hoy lo avizoramos, de forma relampagueante, en el intenso poema de largo aliento de Gustavo Armijos.

En esta vie . a nave es la vuelta del poeta a la Universidad; allí se le ve discurrir en espacios y tiempos discontinuos, pero simultáneamente enlazados gracias al engranaje discursivo y a la bisemia del bello rótulo que, en un sentido literal, nos remite -9 nos vuelca a las intrincadas y elocuentes acciones de personajes, entre reales e irreales, -V que de un modo omnisciente, el autor va tejiendo alrededor de su Alma Máter.

Otra lectura más abarcadora nos ha de colocar en el meollo mismo de la encrucijada cultural de nuestro tiempo, que calza perfectamente con el apotegma de Ortega y Gasset cuando advierte que "Toda vida inculta engendra barbarie, toda cultura desvitalizada crea bizantinismos". Dentro del correlato histórico forjado en los dieciocho capítulos del texto, el poeta va hilvanando una suerte de metáfora o parábola de la humanidad cuyo mensaje simbólico ha de bordear, en sentido inverso, la senda (post) moderna hasta llegar a espacios abiertamente fundacionales, al sufijo y a la raíz misma en donde se plantea todo este drama cultural contenido en la doble significación de imponente nave o arquitectónico templo del conocimiento, el cual evocará aquellas corporaciones de estudios surgidas en el Medioevo como instituciones de la cristiandad y que, luego, en la Edad Moderna con la reforma religiosa y el advenimiento de los Estados Nacionales tuvieron como efecto la pérdida del carácter ecuménico presente en su ideario, adoptando un modelo distinto, que se reveló fecundo no sólo en la enseñanza sino concretamente en las investigaciones, hasta situarnos en la actualidad don de las universidades afrontan nuevos retos y dificultades.

Pero también el adentrarse y el bogar en las aguas de la tradición el poeta estará aludiendo a la propia vida, a la experiencia vital en donde se (la ese aprendizaje, y donde, en definitiva, construye con densidad sus códigos y referencias socio culturales, a través de una escritura que tiene la forma de un viaje, de una travesía. Y su viaje, a la vez, tiene la forma de una lectura, de una arriesgada lectura cognitiva que se funda en la crítica y en el cambio. Al poeta no le bastará la visión individual y personalista de su mundo representado. Con una excelente capacidad para crear símbolos recoge experiencias, reflexiona sobre las cosas que se le presentan, intenta encontrar la verdad en los razonamientos de los hombres, y busca trasponer la línea nebulosa del mal para así arribar a la luz del entendimiento y a la memoria colectiva. Sin embargo, al inicio nada hace presagiar el trasfondo del poema:

'Tos jóvenes con sus mochilas repletas de ilusiones y los viejos profesores con sus carismáticas risas socráticas se apretujan contra el viejo olor de musgos y los arrayanes caídos de tanto tiempo se pierden entre el oleaje del mar"

"Conozco que sus cuerpos han formado nuevos arrecifes y sus voces ecos que se estrellan contra las paredes donde nada es perceptible sólo la vieja semblanza del conocimiento y la ciencia".

Empero, muy pronto asistiremos a ese otro espacio estéril, nimbado poi- la oscuridad y la barbarie en donde se erige y humea en silencio aquel "castillo en ruinas habitado con ferocidad por hordas de "señores bañados de sombra" como clara (ilusión al deterioro cultural que atraviesa la sociedad contemporánea. Paralelamente a ello se marca un cisma, un quiebre con aquella enseñanza fría y doctoral -tomado en su sentido libresco, de mera erudicción de los "venerables y ancianos abuelos/que aparecen con raídas linternas fuera del método" los que no alcanzan a fijar otras coordenadas educativas arraigadas en la experiencia y en un intenso ritmo sincopado y cardiaco, de plenitud vital como única ruta posible de escape frente a tantas ruinas sociales e ilustres reliquias gobernadas por la tradición más ortodoxa afincada en el conservadurismo. La clave será, pues, una salvación cultural, una salida empapada de humanismo, con vientos de pueblo. No habrá más remedio entonces que bogar en ese ¡limitado espacio humedecido por la sensibilidad popular, bañarse en las márgenes esenciales de la propia subjetividad humana. El mar reflejará con nitidez la interioridad del poeta. Y en ese estado dual de quietud latente, de absoluto reposo -9 tensión dramática ha de brillar el reverbero, la estela y la trascendencia verbal. Por el H elesponto del espiritu humano surcará, con su mascarón de proa ardiente, esta delgada nave henchida de idealismos, dejando a su paso la huella profunda de su mensaje: "somos bellos tratando que todo lo nuestro permanezca". Pero aun cuando los hechos de la vida no pueden ser aprehendidos totalmente, sin embargo, la escritura revelará con intensidad el maravilloso tránsito de lo permanente, la erosión incesante de las experiencias cotidianas y ancestrales como testimonio inmenso de plenitud y comunión universal. Escribo partí testimoniar lo que sucede nos dirá el poeta, Por ello, acceder a la escritura es acusar recibo dé vida. De allí que en el decurso por las varias estancias o compartinientos del poema, éste se abrirá esplendorosamente hacia el mito y la alegoría, llevando consigo un sabor épico, de crónica, de libro sagrado o de revelaciones, en donde, incluso, hasta el amor se funde con la mitología:

"Hay una hermosa historia digna de contar entre el agita y el fuego un día en que la interminable tristeza invade todos los compartimentos de la vieja nave Nelly es pequeña como la claridad insondable de su risa escuchó sus bellas palabras asidas a la claridad terrenal de sus expresiones que colgaban sobre los balcones en los interminables resquicios de la ¡?¡mortalidad"

"Conocí su reino y fue una diosa pariente de Afrodita y todos aplaudimos la inmensa paz de su mirada.

Pero sobre todo, lo que el poeta va a testimoniar -9 denunciar son tus ruinas morales, los socavones corrompidos del espíritu humano, "el infinito estéril N la barbarie que habita en las fronteras áridas del alma. Y frente a este mórbido ámbito de horizonte sin luz surgirá de entre los bancos arenosos de Piura y los médanos -Y dunas del mar la figura mítica, prometeica, de Julio Yamunaqué quien, dentro de todo el contexto, cumplirá una función liberadora y central pues en su inextinguible odisea, a través del tiempo, ha de sostener el legado cultural de su pueblo, y de la humanidad toda, preservando sus ideas, creencias, códigos sociales, técnicas, ritos, concepciones étnicas y religiosas: "Julio Yamunaqué 1 es una copia o una vieja canción que se pierde en el desierto". En su inspirada condición de Cantor, Vidente, Ladrón M Fuego él mismo encarna la virilidad y el heroísmo, la sabiduría popular, el poderoso hálito de la tierra fecunda, así como la voz ancestral del mito y la floreciente visión moderna. Todo ello afirmado en la fuerza de la fe y la utopía que subyacen en las pulsaciones de ese mar de fondo de la conciencia colectiva.

Con este poema abiertamente críptico y fundacional Gustavo Armijos instaura -¡rente al antitradicionalismo (post) moderno~ una tradición lírica autónoma, esencial y comunitaria en donde la narratividad y la norma lingüística, el referente geográfico espacial y la traslación dinámica de acciones y tiempos múltiples van a afianzar el sentido alegórico-mítico y la antinomia de valores socio culturales, ejes predominantes que cristalizarán en este sostenido canto, uno de los más intensos surgidos en la poesía última del Perú, el cual habrá de finalizar con mucha intuición en su propia revuelta, en el origen, en aquel pasaje preliminar -que servirá de homilía o introito a todo el texto- Piedra angular del conocimiento, corsi y recorsi de la aureolada palabra poética, palpitando como una promesa salida del porvenir:

"Somos, mañana diremos, éramos un grupo humano de distintas extracciones, de diferente nivel de formación hablantes de otros idiomas unos enseñarán a los hombres del futuro Perú, otros a los niños de América y también los que tendrán que alimentar de conocimientos a los jóvenes en distintas especialidades y perdidos en las profundidades del sigiloso mar.

Callao, Primavera del 2002.

Poetas Mayores Vivos y Actuales : Gustavo Armijos Morales y sus treintaicinco años de su revista La tortuga ecuestre

Por Miguel Antonio Varillas Velásquez

Ya están en esta serie de poetas mayores los antologados Marco Martos Carrera, Manuel Velázquez Rojas, Federico Varillas Castro, Roger Santiváñez de Vivanco, Cronwell Jara Jiménez. Nos corresponde ahora, la figura de Gustavo Armijos Morales. Vendrán después, la de Julio Aponte Lozada, Eduardo Urdanivia Bertarelli, José Enrique Briceño Berrú, Elvira Castro de Quirós. Raúl Estuardo Cornejo Agurto, Lelis Rebolledo.
Poeta piurano mayor, vivo actual, no podría estar sin su “Tortuga Ecuestre”, que carga a cuestas desde hace treinta años, y son símbolos ambos de la generación de los años 70, 80, 90, y de Piura, y del Perú, porque su trascendencia lo ha llevado a ese sitial, por su producción poética y su obra, su labor de difusión y promotor, dando a conocer lo que fueron después figuras nacionales de la poesía peruana.

DEJÁNDOLO HABLAR A ÉL
Amigo personal desde sus inicios. Con la colección de sus obras poéticas dedicadas generosamente con palabras alentadoras en esta tarea, también, de promoción y difusión poética y cultural, dejésmolo hablar a él, para captar directamente su pensamiento.
Para mí la creación poética es una actividad vital. He ido construyendo poco a poco mi propio lenguaje poético, sobre los pilares de los grandes creadores (Pound, O. Paz, Eliot, Vallejo, el surrealismo francés, el barroquismo lezanesco). Mi actividad poética siempre ha estado signada con el estigma de la rebeldía, yo no creo en fórmulas mágicas. Mi poesía soy yo.
La creación poética implica para mí una angustia permanente, no me considero un ser normal. Mi arte lo escribo dentro de un mundo de ruptura, pretendo a través de mi poesía la negación de lo hecho anteriormente, todo contra la tradición, de ahí mi solidaridad con HORA ZERO, angustia permanente que he mandado hasta en dos oportunidades a internarme en departamentos psiquiátricos.
No existen reglas mágicas para escribir un poema, se necesita el manejo de los elementos más adecuados, la creación depende de un estado de ánimo, escribo con pausa, no tengo ningún apresuramiento.
A mi poesía la podemos ubicar dentro del campo de la poesía realista, comunicativa. Comienzo a escribir en la década del setenta, una poesía signada por la marginalidad y que quiere ser un fiel reflejo del choque entre oriente y occidente, pensando en un ser universal, mi poesía tiene mezcla de lo culto y lo popular.
Es evidente que el poeta debe tener una participación consciente en la actividad política del país.
No tengo predilecciones literarias, siento atracción por todo lo que sea literatura, desde la lectura de la Biblia, así como los clásicos y los contemporáneos. No creo en esquemas generacionales, eso es invento de los historiadores y críticos para estudiar grupos de escritores. Trabajo mi poesía de una manera obsesiva y eso ha sido el gran problema de mi vida, que incluso me ha llevado a crisis emocionales graves, con tratamiento psiquiátrico.
Me considero una persona demasiado solitaria y he ido perdiendo afectos en mi vida por culpa de la literatura ya que a ella la amo con pasión. Me deprimen muchas cosas, como la envidia, pero no me arrepiento de lo que he hecho en mi vida y si me dieran a escoger la actividad a la que me dedicaría, sería la poesía.

BIOGRAFÍA Y OBRA
En su primer poemario “Poesía, Mundo y Amor” (Lima, 1970), cuando Armijos tenía 18 años, en el Prefacio del poemario, se dice Piura ve el nacimiento de un nuevo poeta, quien contagiado de ese espíritu combativo propio de una provincia, deja de lado todo hermetismo y se lanza en pos de la fama. En su primera obra –muy modesta, por cierto-, trasluce la formación familiar que tiene y su inquietud por un mundo mejor, con su principal fuente de inspiración que es el amor y busca en la vida su razón de existir, mostrando su resentimiento hacia el mundo exterior. Nació en Piura (1952), siendo sus padres Sergio Armijos y Violeta Morales, en los primeros años de su vida se inclina por la carrera religiosa, pero luego es atraído por el periodismo y la poesía. Su primer poema de su primer poemario, de hace 37 años dice:
Hoy he muerto
los ríos corren las aves vuelan
la vida marchita
recoge mi esplendor
Mis huesos hielo
mi carne herida
atraviesa vientos
atraviesa aires
en busca de potestad
Descansa mi mente
lívida encantadora Lucidez
Silencio en las ideas
Silencio en el dolor
la guerra terminó.

En su segunda obra “Retrato Humano” (Lima, 1971, Ed. Continente), su biografía es más amplia. Después de su inclinación por la carrera religiosa y estudiante salesiano, atraído por el periodismo busca su consagración, siendo un fracaso en el aspecto amoroso y no pasó de ser el eterno enamorado jamás correspondido. En este segundo libro, su biografía dice que es crítico radial deportivo, alternando su profesión con el quehacer poético. En este poemario derrama esa objetividad que tanto se reclama y se interna en los acantilados inexpugnables, realista, que revela creación, dolor, naturaleza, sufrimiento, amor, confundido busca el infinito irremediable; lo atormenta el martirio; para él, el mañana es un pasado que huele a arcilloso recuerdo.
La tercera obra de Armijos, aparece con el título de Celebrando al Trovador (La Manzana Mordida Nº 29, junio/1991, Lima), revista del Director Carlos Zúñiga Segura, donde afirma que en el florecimiento de sus instancias Armijos amalgama lo popular y lo culto, y que sus poemas reflejan todo el drama de una generación, su línea estilística evidencia el tiempo real del avatar cotidiano donde la ironía, amargura, soledad y desesperación son los signos que alimentan visceral o vivencialmente la visión humana centrada en lo perentorio y la experiencia alucinante, afirmando también que en el aspecto de la poesía peruana, especialmente en el imperio de la vanguardística generación del setenta, Armijos es presencia viva, dinámica, cúmulo de alegrías, pesimismos y angustias; esta tercera obra de Armijos aparece después con el nombre de Celebraciones de un Trovador (Asociación Nacional de Escritores y Artistas ANEA, Lima, 1993) donde su biografía va ampliándose: sus estudios en la Universidad Católica, su labor periodística en Radio Nacional, en la Universidad Garcilazo de la Vega, donde ejerce la docencia universitaria, enseña en el Instituto Superior Tecnológico “Peruano” y en el Instituto Superior Tecnológico Lima, del centenario colegio Lima San Carlos; en 1979 gracias a una beca de organismos internacionales viajó por varios países latinoamericanos y europeos, en 1973 fundó la revista «La Tortuga Ecuestre» que continúa hasta hoy; en 1981 viajó por el Río de la Plata, Argentina, Uruguay, siendo después Presidente de la Cooperativa del Colegio de Periodistas del Perú en 1985 y Vicepresidente de la ANEA en 1990.
Celebraciones de un Trovador y Celebrando al Trovador, tienen el mismo contenido poético, sólo se ha cambiado el título; en la primera aparece el homenaje a Armijos y a la Tortuga Ecuestre, del poeta nacional César Toro Montalvo, y en la segunda la Entrevista a Armijos, de Carlos Zúñicia Segura.
Gustavo Armijos es un símbolo de la poesía peruana de los años setenta, afirma César Toro Montalvo, como poeta, editor y director, a la que su revista La Tortuga Ecuestre lo encumbra en la gloria de las letras peruanas.
Sobre la aparición de la tercera obra de Armijos, Carlos Valencia. en Bibliografía de Gustavo Armijos (La Tortuga Ecuestre Nº 239, 2005, Lima), en la sección Poemarios, señala que Celebraciones de un Trovador fue editada en Lima, en 1977, con prólogo de Luis Hernán Rarnírez.

Otras obras del autor son:
Liturgia de la Vigilia (Lima, 1979)
Cántigas de Ruth (Lima, 1980)
Tierras del exilio (Lima, 1982)
Conversatorio (Haravi, 1989)
En esta vieja nave (Prólogo de César Toro Montalvo, Lima, 1998)
En esta vieja nave y otros poemas (1 Edición, Lima, 2000)
En esta vieja nave y otros poemas (Prólogo: Antonio Sarmiento, i Colofón: Lima 2003
Varia Canción (Prólogo de Miguel Angel Guzmán Dávila, Lima 2003)
Poesía Peruana Contemporánea. Antología de la Tortuga Ecuestre, Prólogo, Selección y Notas de Gustavo Armijos (Lima, 2003)
Foederis Arca y Otros Poemas (Lima, 2007)

«LA TORTUGA ECUESTRE»

Hablar de Gustavo Armijos es hablar de «La Tortuga Ecuestre», de la Generación de 70. Es una hija del autor que tiene XXXV años, que tomó el nombre de un famoso libro del poeta surrealista César Moro (1903-1956 ) como dice Danilo Sánchez Lihón (1944) en el texto antológico de la revista citada, en el volumen de la Poesía Peruana Contemporánea, al conmemorar los treinta años (2003 ) de creación en 1973, tiempo que constituye un hecho asombroso, una hazaña y una proeza, que nos hace dejar al lado la queja y el lamento, para celebrar jubilosos un hecho real y tangible, como es el esfuerzo realizado, no desde el Estado ni de la empresa privada, sino al lado del anhelo y el impulso que anima a la poesía, a este proyecto cultural surgido de un hombre imbuido de ideales y sueños, que como dice Tomás Moro : “pertenezco a la sombra y envuelto en la sombra yazgo sobre un lecho de lumbre”, afirma Sánchez Lihón, para decir que son treinta años de la terrible historia del Perú escribiendo poesía, una poesía en tiempo de miseria, y se lucha con la poesía para imponer la vida.
Las revistas como «La Tortuga Ecuestre», son necesarias y vitales –dice Sánchez Llhón–, por que nos señalan el rumbo y la marcha de la vida; conjuncionan a una comunidad de personas que cultivan la poesía; sirven de alguna manera a la forma de la cultura nacional; constituyen la memoria, el registro y la herencia histórica de un proceso; son la vanguardia y la atalaya que vigila y descubre, el ojo avizor, la punta de lanza.
La «Tortuga Ecuestre» es la revista de poesía de más larga vigencia en el Perú, es parte de la obra poética de Gustavo Armijos. Es su mejor poema. Un cuaderno - generalmente- de ocho páginas, que en cada edición nos revela a nuevos poetas y nos reencuentra con quienes persisten en el oficio de la palabra. Surgió para expresar a su generación –la Generación del 70–, pero poco a poco se convirtió en el espacio de encuentro de todas las generaciones y corrientes poéticas, sin discriminación ni marginación ; es un espacio de encuentros y no de desencuentros, sin reglamentarios ni grupos. Fue el resultado de una larga tentativa de un grupo de poetas jóvenes veinteañeros, melenudos y pobres que solían reunirse en el centro de Lima (bar Palermo), que querían publicar una revista de ruptura, pero de gran pluralismo poético e ideológico, pero ante tanta demora Armijos se lanzó solo a la tarea y un día de 1972, 1973, apareció con la revista hecha, con el primer número en que puso como director al poeta Isaac Rupay (¿timidez? Así lo afirma Juan Carlos Lázaro, en el Nº 270, octubre 2007, de La Tortuga Ecuestre, año XXXIV.
César Toro Montalvo (1947), el más nítido exponente y el más decidido propulsor de nuestro medio de la poesía “visual” y la concepción “mágica" de la palabra (Ricardo González Vigil, Poesía Peruana Siglo XX, II tomo), en el homenaje a la revista y al autor, reitero Toro Montalvo, hace uno de los elogios más patéticos afirmando que la revista es uno de los hitos mayores en el desarrollo de la literatura peruana del siglo XX; en sus páginas han aparecido buena parte de la poesía peruana de las generaciones del 70, 80, 90 y siguen, inclusive poetas y escritores extranjeros, señalando a algunos, como Jorge Pimentel, Enrique Verástequi. Ricardo Silva-Santisteban, Arnold Castillo, Carlos Zúñiga Segura, Danilo Sánchez Dihón, Juan Ramírez Ruiz, José Watanabe, Enrique Sánchez Hernani, OmarAramayo, Nicolás Yerovi, Cesáreo Martínez Feliciano Mejía, Jorge Nájar, César Toro Montalvo, etc. También Armijos emprendió su Antología de la Poesía Peruana del 70.
Marco Martos. Armando Rojas, Julio Carmona, Eduardo Urdanivia Bertarelli, Rosa Natalia Carbonell, Carlos Guevara, Armando Arteaga, Julio Aponte, Roger Santiváñez, José María Gahona, Rufo Cárcamo, Federico Varillas Castro, Lelis Rebolledo, Héctor Rojas, Javier Canzino, Carlos Bayona, Jorge Castillo Fan, entre otros, han desfilado por La Tortuga Ecuestre y su Antología.
Gustavo Armijos sigue adelante, igual que siempre con su tortuga al hombro, una tortuga que camina, produce y difunde cultura piurana y nacional, con sus amigos del alma César Moro y César Toro Montalvo, su vanguardismo propio de él, su surrealismo, su soledad, sus sueños, sus realizaciones, sus alegrías. Poeta verdadero, poeta puro. Poeta mayor de la poesía piurana, que derrama modestia y sencillez, calidad humana.
Esta biografía y bibliografía es incompleta, por que no se hace referencia a sus reseñas antológicas, premios, concursos ganados, crítica nacional y extranjera, análisis de sus obras, entrevistas, antologías, ensayos, etc., como ha intentado hacerlo Carlos Valencia.

EN ESTAVIEJIA NAVE: JULIO YAMUNAQUÉ

De toda la obra Poética de Armijos hemos buscado la de mayor sabor piurano y encontramos el Canto XVIII de “En esta vieja nave”, del que entresacamos algunos fragmentos de Julio Yamunaqué.

Julio Yamunaqué
piurano al sur del médano o la duna,
cargador de bultos, albañil o embustero
peón en una chacra, conductor de vehículos
y cantautor de valses de cantina.
Guitarrista enseñoreado con los viejos acordes del maestro
yo te recuerdo en los patios de casas solariegas
cuando cae la tarde y el sol es más rojo en mi memoria.
Cuando llegué a estos arenales era la reencarnación de
un sicótico del siglo XVIII y buscaba mi destino en otras calles.
Tenía un cielo enorme con nubes de oro y las soñas
acariciaban mis oídos de niño mataperro.
Llegué a un enorme sueño un infinito sueño
golpeado por la lluvia y alcé los brazos en señal de victoria.
Soñé en la orilla del río y pesqué peces multicolores
en sus esqueléticas aguas que sólo traen alegrías en verano.
Julio Yamunaqué
hermano del jilguero, del chilalo y la putilla
degustador del pachucho en el chichero
los pájaros orquestaban en el calor de la tarde
como diez mil demonios celebrando a un zorzal herido.

Cuando dije “Esta tierra es mía” salieron a saludarme las ortigas
alguien gritó “churre de mierda” y no hice caso.
Yo he visto a mis hermanas parir en un potrero
cultivar el algodón desgarrándoles el fondo de la entraña.
Yo fui solo un ladrón de sueños,
el cálido rumor de las mañanas.

LA OBRA DE ANTONIA SABINA GUTARRA SINCHITULLO




Hay libros que se alojan sin duda en la conciencia, mientras hay otros que desaparecen sin dejar huellas. Cuando leí la obra de Antonia Sabina Gutarra Sinchitullo, cada uno de sus versos se impregnó para siempre en mi inconsciente.
La estructura del libro me traía un nuevo mensaje y a pesar de mi madurez encontré que mi formación teológica en el Salesiano era un llamado a la reflexión.
La voluntad para crear no sólo se refleja en el lenguaje sino en la actitud que asume la autora y que a veces ocurre más temprano, por ejemplo en los autores de mi generación que escribieron sus mejores poemas a sus veinte años.
En mi lenguaje existe obstinación creadora que es una expresión muy bella y elocuente para resumir la obra de Gutarra Sinchitullo, una de las poetas fundamentales de la nueva literatura femenina. Esa voluntad para escribir bellos poemas acerca de la condición humana. Creo que toda la vida expresé mi vocación por todos aquellos que tratan de transformar la vida a través de una obra consistente y por ello hablo de todo lo que significa creación que es tan inherente a quien trata de ser diferente en su medio hostil para el arte y en general para el trabajo artístico y sobre todo lo difícil que resulten ser mujer y decir la verdad ser trabajadora; el valor dado escritora / mujer.
La autora no se desinteresa de un tema tan importante el religioso que no es ajeno a la historia de nuestro país.
Es necesario conocer su evolución y observar como la mujer creadora que logró su fin y no sucumbió ante el drama de la indiferencia.
He observado en otros autores alcanzar ansiedades nervios para tocar temas epidérmicos y que no aportan absolutamente nada a la transformación de una auténtica labor artística.
Antonia Gutarra Sinchitullo está en condiciones de ofrecernos una obra que afirma su capacidad de poetizar y sobre todo que nos muestra sus vivencias desde una visión telúrica arrancada de los maravillosos apus.
Aplicando su propia filosofía desecha todos los elementos que le son ajenos al paisaje en los que desarrolló su experiencia vital y recoge con exactitud una realidad de la nación Wanka llena de coraje y lucidez.
Su obra es un árbol gigante que esparce sus frutos por doquier y cuyo trabajo ha tenido que vencer todas las dificultades de un mundo exterior demasiado hostil para la labor creadora de una autora que viene de Huancayo, donde ha tenido una fructificante actividad de crear poesía con apoyo de sus padres y con un entorno familiar tan fiel a la voluntad creadora de una poeta que se prepara a entregarnos una obra mayor como la de Carmen Ollé, Cecilia Podestá o Denise Vega Farfán. (Gustavo Armijos)


POEMAS DE GUSTAVO ARMIJOS
EN LA TIERRA PROMETIDA DEL ESPANTO

Hay un encanto cercano a tantas letanías expresadas en medio de la ciudad
donde nostalgiamos filosóficamente en la América cristiana
que se aleja como una tela multicolor frente a la noche perpetua.
Los trozos de pollo a la brasa se esparcen con un olor a fruta encantadora
en la mesa con agua gaseosa ensaladas deliciosas con olor disperso
ingresando a la tienda.
Tiene la tristeza de un monje célibe en una morada terrena.
Mi resistencia es exigua para el delirio y para las aves de mal agüero.
Cada día compartimos el lúgubre almuerzo en que digieres lo alto del infortunio.
Si alguna vez no logras levantar las cadenas o logras leer los poemas
que para ti compuse fuera de sí,
ojalá aparezca Salma en paños menores revestida de cal y plomo.
Mis brazos y los tuyos no tienen tatuajes ni dádivas opulentas
y hemos guardado las espadas para la hora del encuentro.
Jamás imaginé tu rechazo en nombre de la lujuria
para seducirme con tu risa de quelonio
pero el vino por tomar no lo bebamos en secreto
pues pedirme salud delante de todos los mortales
farfullando tu nombre de amor y borrachera.

Seremos una cofradía sin tardanza para adorar la tierra
con nuestra poesía ancestral y sin tapujos para los cabrones
igual rango tienen los que disipan el pudor en plena berma
donde los coches corren a 80 km/h con placer por el vértigo
de la velocidad trotando sin accidentes.
Ya no es gracia viajar en un destartalado tranvía
que equivale a la generosidad equina de otras épocas.
El hastío y el reproche son el viejo discurso de holgazanes
contemplando las casas de las aves que en solitario vuelo
surcan territorios en la desolada metrópoli.
Mis párpados agotados por el sueño se agrietan frente al timón
como rapaz ave de rapiña en medio del smog.
La humedad del rocío se posa en el parabrisas
parecen guijarros de la carretera con una fatiga arenosa
con un vestido refulgente opulento en el ardor.
Muestras tus piernas junto a un recodo de la morada
avidas por el placer las guitarras echan sus trinos al vuelo
y mueves el dial de la radio y te mueves en una alberca imaginaria.
Y llena de plesosaurios hambrientos ante el desnivel mugriento
donde no está el alazán favorito de mi acompañante.

UNA LÍNEA SIN FRONTERAS E IMAGINARIA

Cuando miro y observo mi imagen en la claridad de sus pupilas
navego en un barco de enorme quilla con una bandera flameando en lo al alto
ojo unigénito que pinta mi destino cuando miro la noche como gato.
La imaginería me ha permitido sembrar de pequeños arbustos
su estampada blusa que me ofrece un busto vituperado por el aire
y que ni frío ni verano puede esconder.
Tu nombre está tan cerca de mis cansados labios
cuando hemos tomado cerveza como cortinas blancas
en el ardor de un cielo enrojecido por el asedio.
En mis oídos suena un lejano portón de Ayacucho
que se estrella en el escenario donde se escenifica el obstracismo.
Eres una luz delgada que aparece como meteorito
y se interna en un mundo de recuerdos en esta calle Quilca.
Estás tan cerca de todos los amigos cuyos saludos se derriten
como un extraño estremecimiento.
Luz que erupciona y cierra tus ojos de gata endemoniada
disolviéndose en el éter.
Parte de una historia de amor desbordándote con la cerveza
erupcionas en el volcán de tus deseos inhóspitos.
Yo, callo como carretera abandonada
Tú, escarbas por un instante
Tú y yo alojados para siempre
en la tierra de los muertos.

LOS DOMINIOS

Me dices que eres un sueño
y eres el sueño más feliz de la tierra
para escuchar el sonido de las mandolinas y ocarinas.
Dios sabe que florecillas iluminan tu semblante
o tus manos de vidrio y de madera.
Se podrán pintar el cielo de amarillo
y tus senos de tenue color del espectro solar
como los canarios insulsos y estridentes.
Cambiamos acaso mi camisa con olor de oro
y con una visa de caña de agua dulce
en medio de la tempestad aluviónica.
Bajo una palma seca deseo guarecerme
porque anoche fuiste el mismo sueño de la locura,
y te sentí en pleno goce de un amor platónico.
Fuiste la vida con tus manos vacías encima del camastro
donde tus pisadas tienen una callosidad de casas calladas
mueren los peces con sus dientes de fuego
y avivan los latidos de cohabitar con el demonio
en otros dominios y ensueños de la muerte.

Palabras verdaderas

" Felicitaciones muy efusivas, cordialísimas por la empresa que supone editar una revista como la aludida ... un fuerte abrazo para cada uno de los responsables de una revista cuya tortuga es nada menos que jinete ..."

Xavier Abril

"La tortuga ecuestre es un signo para la historia, una fecha de vellocino que se abren en páginas de olla y de pensar. No en vano sus líridas se encuentran reunidos para un banquete, sino que asimismo cantan en voces y acentos que deciden su perennidad".

César Toro Montalvo

"El conjunto de sus ediciones constituye acaso el más completo registro de la producción poética nacional de las últimas tres décadas, sobre todo porque recoge la obra de muchos poetas no adscritos a capillas literarias ni a círculos universitarios"

Juan Carlos Lázaro


" De allí que revistas como La tortuga ecuestre sean necesarias y vitales porque nos señalan el rumbo y la marcha de la vida ..."

Danilo Sánchez Lihón

" ... nació la idea de hacer una revista que nos representara, que más tarde va a ser ese famoso fanzine La tortuga ecuestre , donde han publicado casi todos los poetas peruanos contemporáneos."

Armando Arteaga

"La tortuga ecuestre con su lento caminar por el territorio patrio, está haciendo historia y demostrando de lo que es capaz cuando se quiere realizar actos positivos que vayan en bien de la nación"

Felipe Tapia

"La tortuga ecuestre, si bien en su inicio acogió preferentemente a los poetas de la Generación del 70,sus páginas democráticas estuvieron y están abiertas a todos los poetas, cuyas creaciones guarden el sello de la belleza aédita y su sincera creatividad".

César A. Ángeles Caballero

Gustavo Armijos, La Tortuga Ecuestre y la Generación del 70

Por Juan Carlos Lázaro

La poesía no sólo son los versos de un poeta. La poesía también puede surgir en sus actos, sus sueños, sus proclamas y hasta en sus mentiras. Por el mundo transcurren poetaas sin poemas, es decir, gente que ha aprendido a vivir poéticamente, pero que no escribe un solo verso. Como también hay -en abrumadora abundancia- versos y poemas sin poesía. Esto es lo más patético.

La tortuga ecuestre, la revista de poesía de más larga vigencia en el Perú, es parte de la obra poética de Gustavo Armijos. Hay quienes piensan que es su mejor poema. Un cuaderno regularmente de ocho páginas, como los viejos cancioneros, que en cada edición nos revela a nuevos poetas y nos reencuentra con quienes persisten en el oficio de la palabra y con los maestros.

Si bien surgió para expresar a su generación -la Generación del 70-, pronto trascendió y se convirtió en el espacio de encuentro de todas las generaciones y corrientes poéticas. No discrimina ni margina. Es una casa con las puertas y las ventanas abiertas a los cuatro vientos.

De esta manera, Gustavo Armijos y su revista se han hecho indesligables, son acaso el mismo ser, escriben la misma poesía. A veces el poeta afirma su individualidad en libros de versos como el que se presenta esta noche. Pero con La tortuga ecuestre convierte la experiencia poética en tarea colectiva.

Esta historia empieza con la década del 70, cuando estaba en su mejor momento el movimiento Hora Zero, fundado por Jorge Pimentel y Juan Ramírez Ruíz, que había insurgido contra el establishment literario local, reclamando una nueva poesía comprometida con la realidad social del país y de la época. Hora Zero copó rápidamente la escena y gran número de poetas jóvenes, sobre todo provincianos, adhirieron a sus filas. Quizá el mejor logro del nuevo movimiento fue su propuesta y su esfuerzo por descentralizar la actividad cultural del país, revelando a nuevos autores de provincias, y estableciendo focos de actividad poética en ciudades de costa, sierra y selva.

Sin embargo, no todos los jóvenes de los años 70 militaban en Hora Zero. Un grupo de ellos tomaba distancia crítica de ese movimiento, al que le reprochaba su caudillismo, cierto snobismo de sus jefes y, principalmente, su populismo y su demagogia. Hora Zero, además, era sectario. Si bien, como hemos dicho, promovía la descentralización de la actividad cultural o poética más allá de la capital y ofrecía un nuevo escenario a las voces jóvenes de Lima y provincias, todo esto lo hacía a condición de militar en sus filas. En los años 70, quienes no adherían a ésta ni a ninguna otra agrupación literaria, quedaban convertidos en unos parias.

Uno de estos parias era Gustavo Armijos, espíritu individualista y soberbio, qien interpretó con acierto la necesidad de crear un nuevo espacio para la difusión de la poesía, sin sujetarse a reglamentarismos ni a poéticas grupales de ningún tipo. Es importante subrayar este aspecto porque debe tenerse en cuenta que la Generación del 70 fue un movimiento gregario, en la que gran parte de sus poetas constituían grupos o guerrillas poéticas para "tomar el cielo por asalto". Esta dinámica les permitía crerar su propio escenario de actuación desde el cual editaban revistas, plaquetas y libros; organizaban recitales; tendían puentes hacia la gran prensa, y presionaban e influían en los antologistas y promotores culturales. Visto el panorama de los 70 desde esta perspectiva, puede entenderse y valorarse mejor la importancia de la existencia de una revista de poesía como La tortuga ecuestre, absolutamente independiente, surgida al influjo de su generación, pero decidida a ser, desde su primer número, un espacio de encuentros antes que de desencuentros.

Como testigo y protagonista de esta experiencia, puedo decir a manera de testimonio, que la revista fue el resultado de una larga tentativa de un grupo de poetas veinteañeros, melenudos y pobres que solían reunirse en el bar Palermo, en el centro de Lima. A tono con su época, querían publicar una revista de ruptura, pero de gran pluralismo poética e ideológico. Noche tras noche, navegando en mares de cerveza y flotando entre el humo de sus cigarillos, discutían y proyectaban la que debía ser su gran publicación. Cada día se incorporaba a un nuevo colaborador, dando la impresión de que en el Olimpo había lugar para todos los aspirantes a poetas. Hasta que la impaciencia de alguien desató una crisis entre esos jóvenes bohemos que ensayaban ser editores. Malhumorado por tantas postergaciones, Gustavo Armijos pateó el tablero, retiró sus textos del proyecto, y desapareció del Palermo. Un mes después me buscó en mi centro de trabajo y me sorprendió con unas pruebas de imprenta en cuyo encabezado figuraba el nombre de La tortuga ecuestre. Un poema mío, con el pesonaje de Franz Kafka, abría la revista. Y seguían los textos de Elías Durand, Santiago López Maguiña, del mismo Gustavo, y de Isaac Rupay.

Aquí cabe hacer dos precisiones importantes. La primera tiene que ver con la fecha de esta primera edición. En la revista figura la de enero de 1973. Lo cierto es que apareció y empezó a circular desde fines del año anteror, en 1972. ¿Por qué hizo esto Gustavo Armijos? Nunca llegué a saberlo. Pero aún ahora, 30 años después, La tortuga ecuestre marcha por delante del tiempo, un desafío futurista que no se le ocurrió ni al mismo Marinetti.

La otra precisión es sobre su director. En ese primer número figura como tal el poeta y extrordinario amigo Isaac Rupay, quien falleciera prematuramente en 1974. En honor a la verdad hay que decir, sin embargo, que el único director de todas las ediciones de La tortuga ecuestre ha sido su fundador. El uso -con su consentimiento- del nombre de Isaac Rupay como director de esa primera entrega tuvo con ver con un afán de concertación después de la abrupta y circunstancial ruptura de Gustavo Armijos con el proyecto inicial de editar una revista al margen de todos los grupos.

En los años 70 realizar una publicación en imprenta era una verdadera hazaña por la complejidad de su proceso y por su alto costo. Los poetas que insurgieron en esa época, tributarios de los movimientos de la contracultura fraguados en Europa y Norteamérica, dispensaron del offset y optaron por el mimeógrafo electrónico: económico, rústico, nada limpio, pero noble. Así se abrieron paso. Inundaron la escena con volantes, folletos, cuadernillos y plaquetas. Hubo quienes editaron revistas de sólo 10 ejemplares, hechas a mano e ilustradas por ellos mismos, como fueron los casos de Omar Aramayo y Nelson Castañeda. Muchas de estas publicaciones no pasaban de la primera o segunda edición. Por esto, el lanzamiento de La tortuga ecuestre, impresa en offset y a dos colores, fue todo un suceso. Su diseño y formato, así como su brevedad de páginas, eran similares a los de Haraui, la revista de poesía que editaba el profesor Francisco Carrillo, y de Creación & crítica, de Javier Sologuren. Entonces nadie imaginó que la publicación del más joven e inexperto de estos tres editores sería la que tendría más vigencia.

Otra característica importante que cabe destacar de la revista de Gustavo Armijos fue el criterio de selección de sus autores. Empezó estrenando a poetas sin currículum, totalmente inéditos, algo que ha seguido haciendo a lo algo de sus casi 300 ediciones. Son decenas de poetas que deben a La tortuga ecuestre su iniciación poética, empezando por el que habla. Pero, además, la revista nunca ha discriminado a ningún poeta, ni siquiera a quienes pertenecían a grupos que tenían sus propias publicaciones. Y, asimismo, la revista no tardó en abrir sus páginas a poetas de otras generaciones e inclusive de otras nacionalidades. Hay quienes han criticado a Gustavo Armijos esta supuesta falta de rigor para seleccionar a sus autores. El tiempo, sin embargo, ha probado lo enriquecedor que ha sido la amplitud de esta apertura.

En el año 2003, La tortuga ecuestre celebró 30 años de vigencia. Con ese motivo escribí en un diario de Lima que esas tres décadas de incesante labor de difusión de la poesía peruana sólo se debían a la tenacidad de su fundador y editor, quien persiste en la tarea sin ningún tipo de promoción privada ni de apoyo oficial. También dije que el conjunto de sus ediciones constituye uno de los más completos registros de la producción poética nacional de los últimos 30 años. Y destaqué que ese registro se sobrevalora porque recoge la obra de muchos autores que no transcurre necesariamente por los circuitos convencionales de la difusión de poesía como son los círculos universitarios, los centros culturales o las capillas literarias.

La tortuga ecuestre, en conclusión, está entre lo mejor de la obra de Gustavo Armijos. Si esta noche celebramos una nueva edición de su libro Acuático / terrestre, poemas anfibios, no se puede dejar de lado ese otro poema suyo que empezó en un bar de Lima cuando tenía 20 años, y convocó a todos los poetas a aportar su parte, y sigue enhebrándose con los versos de nuevos poetas que surgen a su paso. La tortuga ecuestre es de Gustavo Armijos y es de todos.

Poetas Piuranos Contemporáneos I

Explicar en todo caso, la parte conceptual o criterios que se han tomado en cuenta para realizar la selección de los textos que conforman la antología, esta parte es de vital importancia ya que aquí se sustenta los diversos criterios de selección de inclusión o exclusión. Las antologías no pueden ser simplemente un aglutinar de textos sino un buen ejercicio de contrastación, análisis, selectividad y por que no de gusto estético. Podría agregar más ideas pero quiero detenerme aquí. El trabajo silencioso y perdurable es un mérito que vence al tiempo y al rumor de una crítica afectada y malsonante. En este camino se halla la edición, difusión, y presencia de la Tortuga Ecuestre revista de poesía que empezó su trajinar el año 1973 bajo la dirección de Isaac Rupay y del poeta Gustavo Armijos, Revista que huele a historia y tradición. Es difícil, no darle méritos a la cantidad de páginas que han sido editadas y que ha mostrado parte o casi toda la poesía peruana. En razón, a ese trajinar constante, por más de treinta años esta breve revista se ha convertido en un símbolo de una época que ha querido testimonearse en un libro que recoge voces que podrían llamarse si se quisiese la antología de la otra poesía peruana".
Raúl Jurado Párraga

POETAS PIURANOS DEL SIGLO XX

Por Miguel Antonio Varillas Velásquez

Al hacer una breve antología de la poesía piurana actual vemos que en ella se dan todas las corrientes y géneros poéticos, predominando el lírico, porque el piurano expresa su sentimiento en su obra. Este trabajo es una referencia a la poesía piurana del último tercio del siglo XX, en la que están considerados no sólo los poetas nuevos, sino también los ya conocidos y que siguen produciendo obra poética.

LA POESÍA HUMORÍSTICA, COSTUMBRISTA Y FOLKLORICA

La poesía piurana evoluciona, conforme aparecen y desaparecen las corrientes y modas literarias, pero una permanece constante. Es aquella en la que salta la chispa innata del piurano, con su ocurrencia, ingenio y grasajo, muy propia e inconfundible. Es la poesía humorista, costumbrista, folklórica.
Indudablemente, pese a que es uno de nuestros poetas más avanzados en edad cronológica y figura en todas las antologías de poesía piurana aparecidas, es el escritor y poeta Augusto Feijó Sánchez, quien ha mantenido una constante producción y ha logrado también publicar su obra, mediante una serie de folletos, que son las Chilindrinas. Estos folletos del autor, ha abordado todos los temas, desde el eminentemente literario, hasta el político, el social y el filosófico. Por esto, en la presentación de su obra ya citada, el poeta dice que en esta época de cambios e innovaciones, así como las parejas contraen matrimonio sin intervención de los ministros del Señor, las monjas pueden administrar los sacramentos y los religiosos se meten a la polìtica y pueden actuar metralla en mano al lado de los guerrilleros, él escribe sus “Chilindrinas”:
No aptas para gente enferma
que sufren del corazón
pues, pueden matar de risa,
o hacer morir de emoción,
si una anciana que de misa
sale de oír el sermón.

Las Cilindrinas del P. Lau, que es el seudónimo de Augusato Feijó Sánchez, han salido con regular y han deleitado al intelectual piurano, convirtiéndose así, más y más en el poeta humorístico y festivo de Piura. Su calidad poética y literaria ya ha sido apreciada por escritores nacionales, como Enrique López Albújar, Manuel Beltroy, Raúl Estuardo Cornejo, Agurto y otros. López Albújar le dijo: “Hay, pues, entre Ud. y yo algo que, a través de medio siglo, nos une al remir fustigando”. Beltroy, afirma que en sus “versos fáciles, ponderados y sencillos, regustamos el viejo sabor peruano y piurano del alma y del cuerpo de nuestra gente, la tradicional picardía costeña, la zumba y el costeo citadino, la burla sana e inofensiva, la crítica sutil e inteligente”. Y, así es el P. Lau, quien sigue siendo el poeta festivo de Piura, por su salero, su sapiencia, la facilidad con que sabe captar y versar la idiosincracia del piurano; amigo de la justicia y de la bondad, que son los instrumentos de la paz; amante de la libertad, que es propia de la dignidad humana y de un espíritu como él; enemigo de la mediocridad, que es contraria a la lúcida inteligencia de su creación artística. Sólo Enrique Quiróz Vásquez, le disputará, después, esta calidad de festivo y satírico; pero, hay entre ellos una diferencia en la forma, pues, Sánchez escribe en verso y Quirós Vásquez en prosa.
No podemos aquí dejar de recordar, dentro de esta modalidad poética a Manuel Oscar Guerrero Sánchez, quien la fama de poeta y recitador como los aravicus de nuestra cultura autóctona, o los juglares medievales, expresaban oralmente sus poemas y que, según declaración del escritor piurano José Albán Ramos, ha dejado un cuaderno escrito ed poemas, de puño y letra, titulados “Mi pluma”, versos libres, máximas y sentencias filosófico-morales.
Conjuntamente con Feijó Sánchez, Elvira Castro de Quirós mantiene primacía en la poesía costumbrista y folklórica actual. En la de Feijó S. hay humorismo y a veces sarcasmo. En Elvira Castro de Quirós hay humorismo jaranero, romance auténtico de la china y el cholo, ocurrencia y gracia innata y espontánea, como se aprecia en sus composiciones, entre las que se encuentra “A Lima ha viajado la Nativa”.
Hay que agregar, también dentro de esta variedad poética costumbrista, a Ofelia Agurto Mejía, cuyo lenguaje nativo, estilo llano y tono satírico, en el verso burlón, combina con una poesía plástica, social y costumbrista, en sus décimas de las ocurrencias citadinas y de reuniones de sociedad. Incursiona, también, en la poesía religioso-costumbrista, como son sus villancicos y composiciones de Navidad.
La trilogía de la poesía humorística, auténticamente, piurana está, pues, en Feijó Sánchez, Elvira Castro de Quirós y Ofelia Agurto Mejía. Las dos últimas, tienen relación de parentesco con otro gran escritor piurano de la misma modalidad poética: Teodoro Garcés Negrón, gran heredero del costumbrismo piurano, a la manera de Enrique López Albújar, quien, por declaración propia, se sintió siempre piurano, y es de donde nace la raíz del estilo costumbrista y folklórico que estamos comentando.
Más costumbrista y folklórico que humorista, es el R. P. Miguel Justino Ramírez, quien se ha dedicado mucho al folklore, principalmente de la sierra piurana y del alto Piura, como Huancabamba y Morropón.
La biliografía costumbrista y folklórica de esta última parte del siglo XX, está constituida por Poemas Afro-Yungas, y Matalaché, de Enrique López Albújar; El Romancero Piurano, de Teodoro Garcés Negrón; Versos del P. Lau, Humorismo Piurano, Anécdotas y Poesía Satírica, Chilindrinas, de Augusto Feijó Sánchez; Acuarelas Huancabambinas, Lo que el cholo cano me dijo, La Atrapadora, de Miguel Justino Ramírez; Album de Estampas, Chaquiras de Huaco, de Lola Cruz de Acha.

POESÍA SOCIAL Y REVOLUCIONARIA

Un grupo poético de notoria e intensa actividad ha sido “Liberación”, dirigido por el poeta talareño Emilio Saldarriaga García, precisamente en su Poema XIV, de su poemario Petróleo (Talara, 1967, Ediciones Liberación, pág. 27), tiene el mérito de citar a varios poetas de Talara, que son los que han producido arte poético en las últimas décadas:
Se levantan
hasta la altura inmediata
-de su flujo de petróleo-
tus hijos líridas
Ausebio Arias Vivanco
lleno de cólera y rebeldía
Lina Burneo
con su trino de amor
Ricardo Rivera Cruz
con su sangre lírida de niño
Eduardo Farro Castillo
con su recio y limpio lenguaje
Juan Palacios Moscol
altivo y vital
Alberto Mazza López
lleno de esperanza y formidable
Danilo Valladares Arteaga
con sus trovos firmes y potentes
Julio Alarcón Carrera
con sus metáforas soberbias
.................................
Rigoberto Meza
................................
un poeta con alas de versos salpicados de petróleo
...............................
Eursebio Arias Vivanco
................................
Son los poetas de Talara, los Poetas del Petróleo.

Poesía socialista y de izquierda, producto del ansia de liberación del terruño, ante la presencia de una compañía petrolera extranjera e imperialista, la poesía talareña es poesía con olor a petróleo y grito de libertad. La política y el tema social se refleja en ella, siendo su vocero principal, Saldarriaga García, quien conectado con la intelectualidad poética de muchos países del mundo, por su habitual correspondencia postal, ha ido recogiendo los mensajes poéticos del mundo y las nuevas modalidades poéticas habidas, de tal forma que las tendencias marxistas-leninistas, maoístas, castristas y otras, se han reflejado en una poesía más emotiva que técnicas; más de grito y de protesta que de arte poético; más de identidad con las causas revolucionarias que con la poesía misma, de tal forma que estos artistas del verso no actuaban comprometidos con sus propios ideales. Emilio Saldarriaga García no entregó, sin embargo, su poesía al compromiso sectario, aunque canta a los líderes comunistas, como cuando dice sobre el Ché Guevara:
Melenudo
tus patillas
bigote y
barba le dan una personalidad
a tu rostro guerrillero;
un rostro auténticamente
americano;
un rostro a Che Guevara,
Angel
Rebelde.
Angel de las patillas
castañas.
Angel e guerrillero,
sin fusil.

Poesía social y revolucionaria, pero con otra ideología, han cantado otros poetas piuranos, como Alfonso Vásquez Arrieta, Luis Carnero Checa, Federico Varillas Castro, Carlos Manrique León. Poesía de izquierda democrática, de ideología aprista, son reflejos los poemas, como Navidad en la cárcel, o Los Condenados, de Carnero Checa; Exiliados de Dios, de Vásquez Arrieta; Recuerdo entre los Muros, Su muerte y su Retorno, de Manrique León; El Padre Proletario, Lenina, de Varillas Castro. Pero no es una poesía social y revolucionaria exclusiva, sino que dentro de ella hay también arte poética. No se sacrifica la poesía por el mensaje revolucionario. Pues también en los poetas de izquierda marxista el arte es tomado para dar su mensaje socialista y comunista, en los poetas de izquierda democrática y apristas, la actividad revolucionaria o el ideal socialista es motivo de inspiración poética.
Ambos tipos de poesía social y revolucionaria han cantado al luchador revolucionario: Luis Negreiros y Alejandro Taboada, son ejemplos de ello, ambos víctimas de la injusticia social y defensores de la libertad.
En Navidad en la cárcel; Carnero Checa, dice:
Aquí cuando escribimos muerte
debemos leer tan sólo eso: muerte
....................................................
abran todas las rejas que aquí se muere un hombre,
sin reyes, sin estrellas, sin establos, sin mirra
.....................................................
¡se está muriendo un hombre,
dejando en los barrotes sus escudos de sangre!

En su Muerte y su Retorno, Manrique León, dice:
Ya los ricos de su sangre desbordaron
...............................................................
llorad sobre sus brazos
que empiezan a crecer como una estancia
....................................................................
Llorad por Luis Negreiros ciudadanos.
....................................................................
Luis Negreiros Vega
yo sé que es ardua empresa tu retorno
pero volverás.

EL CICLO DE LAS REVISTAS POÉTICAS Y CULTURALES

La aparición de revistas literarias –el refugio de los poetas- y por el nada apoyo de los diarios a la producción poética, hace que los creadores se aglutinen en esporádicas revistas, donde dan a conocer sus poemas, siendo nutridos los nombres de ellas, desde Liberación hasta Dehiscente, dos de ellas, fundadas y dirigidas por Emilio Saldarriaga García, de Talara, que marcan el comienzo y el fin de una etapa de esta parte corrida de la segunda mitad del siglo XX.
Dehiscente es una revista literaria que lleva ya más de dos años de vida y creo que todavía perdura. En realidad, es una continuaci´ñon de Liberación, la anterior revista literaria talareña, hija del mismo creador. Esta revista, en parte, llena el vacío de la literatura piurana, juntamente con la revista Época, de Carmela Arguelles de Manrique, su alcance es nacional e internacional, a tal punto que más se le conoce fuera del Perú que dentro de él. Acaba de ganar un segundo puesto en un concurso de revistas literarias, organizado en Lima, a nivel nacional. El grupo de poetas de esta revista, además de Saldarriaga G., los poetas talareños, ya mencionados anteriormente, además de algunos poetas piuranos, como Federico Varillas Castro, Alberto Alarcón, Rosa Larrea de Fernández (ya fallecida y conocida como Lerline), Juan Félix Cortés, premio de Poesía de los Juegos Florales de la Universidad de Piura (UDEP) y actual director de una revista cultural.
Uno de los problemas que más aqueja a los poetas piuranos es lo difícil que es dar a conocer sus producciones poéticas por la falta de imprentas y editoriales a diferencia de otras ciudades, donde se apoya a la cultura y al arte. Salen revistas y desaparecen con la misma rapidez, pese a que luchan por mantenerse vivas. Entre esas apariciones y desapariciones se desenvuelve la agonía de la poesía piurana, resultando, a veces, que con frecuencia no se dita la calidad poética, sino la circunstancial, lo complaciente, lo recomendado.
Entre las revistas literarias que han aparecido en Piura recientemente, tenemos Ave Destino, que tiene como poetas a Mito Tumi, Sigfredo Burneo Sánchez, Carlos Guevara, etc. Aparecen con una poesía de corte modernista por la elegancia de la palabra y la decencia en el sonido, pero su tema es social y amoroso.
En el Manifiesto de los Elfos, Mito Tumi, dice:
sesenfrenados jamas corrimos tanto como ahora
ante la poesía...
desenfrenados jamás corrimos tanto como ahora
la vida y la muerte
la poesía
desenfrenados jamás corrimos tanto hacia el único refugio
pájaro hinchado de mariposas con sus alas de lentejas
los elfos con las elfinas ya se fueron a escapar,
Ave Destino,
los que van a morir te saludan.

En Romance de los Desencantados, expresa Sigfredo Burneo Sánchez
algunas noches hemos bailado
deshechos entre las sombras
y esto era, únicamente, pasión homírica
he hundido mis manos en la arena caliente
tratando de encontrar tu piel
y esto era un rito, en el desierto,
otras veces he notado que
tus ojos se estaban volviendo agua
y esto no era sino evidente,
también supe consultando ciertos oráculos
que con el tiempo aparecerán
los primeros síntomas del olvido
y esto, bien puede ser un mito, o una realidad.

Carlos Guevara, destaca en su poema Tu rostro de mar me entregaste. Otra de las revistas que estamos apuntando es La Peca de la Jirafa, revista literaria aparecida en 1974, que nos dio a conocer a dos piuranos en trance de poetas y que después los hemos visto figurar a nivel nacional, como son Roger Santibáñez Vivanco y Armando Arteaga.
La poesía de Santibáñez comienza siendo una poesía simple, sencilla, delicada. Canta a la ciudad y al mundo que lo rodea, es citadino, para evolucionar después a la universida poética. En sus primeros años, allá por 1974, dice:
desde lejos sólo y conmigo
contemplando la belleza de las calles
que terminan en parques.
Amo de charcos
donde la lluvia
cree que no ha muerto.
Y soy siempre
el que está mirando y
que prefiere la noche,
entonces la vida
el fuego no emana del fuego
a una muchacha de aros y pañoletas, caminando.

La misma mano que armó Ave Destino, se nota también en otra revista piurana, que apareció en julio de 1974, llamada Sueños de Ecce Home, una revista según sus autores de poesía erótica, número único y para coleccionistas de la que se hicieron sólo cien ejemplares, en homenaje a la memoria de Giovanni Boccacio, con motivo de sus seicientos años de inmortalidad. Tiene un pensamiento de Carlos Fuentes, con quien los miembros y colaboradores de la revista quisieron identificarse poéticamente: “Homenaje a un clásico y a nuestra contradictoria cultura popular en la que el sexo es el pecado y sin embargo el sexo es el paraíso”, aparecen en la revista poemas de Roger Santibáñez Vivanco, Sigfredo Burneo Sánchez, Mito Tumi y Carlos Guevara Morán.

En el mismo año de 1974 aparece una nueva revista literaria piurana, con el nombre de Papeles de Payador, bajo la dirección de Alberto Alarcón y Rolando Ubillús. Nace, según afirma, para continuar la tradición de algunas revistas liberarias, ya fenecidas (ésta, también feneció, después), cuyo propósito fue la divulgación de los valores estéticos engendrados en el seno del pueblo. Muy buena la intención, que choca después con la incomprensión y la falta de una entidad que apoye la publicación de obra literaria y poética. Esta revista es de corte popular y aparece para sacar a la luz –dicen- a los jóvenes que empiezan a escribir y que manifiestan su irrenunciable voluntad de acercamiento a los conflictos de nuestra época. Aparecen los poetas Alberto Alarcón, con Mal Negocio; Rolando Ubillús, con Espina Campesina y Marco Parra, con su poema a Chile. Todos ellos demuestran sus inquietudes sociales, su mensaje es socialista y tal vez comprometido con una causa que ellos consideran la justa y correcta.

Una revista que no se edita en Piura, pero que es hecha por un pìurano y que indudablemente pertenece a nuestra piurana poética, es La Tortuga Ecuestre, de Gustavo Armijos, poeta piurano que poco a poco ha venido cumpliendo su tarea literaria propuesta, hasta convertirse en una figura nacional. Nació en 1952 y ha sidoi periodista y crítico radial, además de poeta. Entre sus obras, tenemos Retrato Humano, publicado en 1971 y Relatos del ***, en 1977. la poesía de Armijos es una poesía de protesta, de avanzada socialista, tipo vanguardia, de denuncia y de indignación, realista y cruda, con influencia vallejiana y a la vez soñador, porque no pierde la esperanza del mañana. Dice.
Dojo las penas de los hombres
las hago maza, toma hambriento.

Ladrillos forman paredes, muros
no se destruye a los necesitados.

Hay adobe y de cartón sólo casas
forman “pueblos jóvenes”, barriadas.

Hago ofrendas al pobre
y las vivifico en el horno de la conciencia.

Tomo mi pioner y pluma, escribo
y digo vivan los humildes,
nadie me hace caso...

Un acontecimiento literario y poético constituyó la aparición de la revista cultural Nova, de Carlos Ginocchio Celi, formada por jovenes universitarios de la Universidad de Piura (UDEP) e inquietos en las cuestiones literarias. Es un grupo de intelectuales de pensamiento democrático, occidental y cristiano, libre de la exhuberancia ideológica de la izquierda marxista, y tiene más resplandor amoroso que violento. Entre sus poetas figuran Miguel Godos Curay, Migtuel Ross Morey Acha, además del propio Carlos Ginocchio Celi. Una serie de números quizá hasta cinco, han dado a conocer su mensaje poético, esperanzado y optimista.

PIURA TIERRA DE POETAS

Piura es una tierra de poetas. Lo es por temperamento y convicción. Nuestra tierra se presta a la inspiración y vocación literaria. Uno de los que más han vivido de sus fuentes creadoras y las han convertido en obras de arte literario, en los últimos tiempos. Es Raúl Estuardo Cornejo Agurto, poeta y narrador, quien entre sus últimas producciones poéticas, después de magnífica obra Témperas para inhumar tus cielos, está su Historia de Grau, que lo convierten en uno de los más grandes cantores piuranos al excelso marino, canto con el que ganó el primer premio de los Juegos Florales de la Universidad de Piura. El poemario es de gran calidad y sigue la trayectoria de los grandes cantos a Grau, hechos por otros ilustres poetas nacionales, como José Gálvez Barranechea o Manuel Gonzáles Prada.

Con César, cholo Vallejo, la prolifacética Elvira Castro de Quiróz llega a mantenerse presente en la antología de la poesía piurana, en un nuevo estilo lírico, como es la balada, incursionando así con notable éxito en esta especie de composición poética, que canta al son de la música, que ella también domina. Poetisa lírica y costumbrista, compositora e intérprete, su mensaje es humano y de ternura infinita, con sabor filosófico. Mantiene recilates completos de su producción poética, habiendo actuado tanto en la Municipalidad de Piura, como en instituciones nacionales, como la ANEA y el INC de Lima. Desgraciadamente, es una de las pocas artistas que no tiene su obra impresa, pues toda su producción esta inédita, ya que, sólo aparecen sus producciones en revistas, pero no en un poemario completo.

Poeta también actual es Marco Antonio de Lellis, autor de una serie de poemarios, entre los que tenemos uno de los últimos Como polen psicológico, que tiene como novedad para la poética piurana, la introducción de la psicología dentro del verso, en que el autor quiere pensar en una nueva literatura, a la que llama literatura útil, literatura actual, literatura de cambios, por eso, su poesía psicológica trata de apartar a través del arte reglas de formación científica.

Juan Alvarado Chuyas, periodista, cuentista y poeta, fue el ganador del segundo premio del concurso de poesía de los VI Juegos Florales de la Universidad de Piura, en 1976, después de haber ganado anteriormente, los primeros premios de los concursos de cuento y ensayo periodístico. El poeta premiado es de una poesía social y política, de reclamo y protesta, que prueba una vez más el camino actual que tiene la poética piurana, aparte de su característica fundamental que es la de ser lírica y amorosa. Dice Alvarado:
Tengo hambre,
Señor,
y en mi venganza
de varón,
que nació para el castigo,
no me animo a llorar,
y callo,
y río,
mientras bebo mi cáliz
y,
en mi interior
hay guerra
de intestinos.

Manuel Velásquez Rojas, es otro de los más grandes realizadores de la literatura piurana actual, en la poética. Hijo del desaparecido poeta Juan Luis Velásquez, es además, narrador, pintor, fabulista y periodista. Tiene una serie de libros publicados y es director de revistas literarias y editorialista literato, aparte de ser también autor de dos antologías peruanas. En su poemario Isla de Otoño, muestra una poesía amorosa, sin amor no se puede vivir, dice:
Isla es mi corazón si del amor
no vive.
Es sombra sin voz, fruto
sin rama.
Es viento cerrado que por volar
gime.
Es muerte, si avanza soledad
sembrada.

Marco Martos Carrera, figura también en la antología de poetas piuranos actuales, no sólo de Piura, sino también de la poética nacional, figurando su nombre en muchas antologías nacionales. Dedicado exclusivamente a la literatura, su actividad es intensa y su producción se encuentra editada en libros, revistas, antologías. Es director de la revista literaria “La Vaca Sagrada”. En Casa Nuestra, (Ed. Jurídica, Lima, 1965, pág. 9) dice:
Mi oficio es el canto,
el canto de las palabras,
el dulce embrujo
de las sílabas
y las asonancias.
Este es mi oficio
y no lo cambio por nada,
pero qué difícil es
querer decir algo
y no tener nada.

Un poeta que ya ha publicado su primera experiencia poética es Lelis Rebolledo Herrera, de Catacaos, con su primer Candil en la lluvia. Es un conjunto de 23 poemas escritos en versolibrismo, a manera de cantos, en los que no sólo hay belleza en la expresión, sino también esencia humana y social, que es la poesía que sigue primando en la poética actual. Rebolledo canta al mundo actual en su atroz realidad, pero escapándose del mundo real se deleita dando rienda suelta a su inspiración, como cuando dice:
Si pudiera
tomar un río
entre mis manos.
Entonces, recorrería con él
todas las ciudades
y los pueblos
para regar
sus ventanas
y sus casas.

Mientras tanto, Federico Varillas Castro, sigue siendo el poeta de Piura. Sigue escribiendo y a la vez publicando sus poemas. Entre los últimos tenemos su poemario Rescate en la agrura, un conjunto de VIII décimas, en perfecta armonía formal, con tema lírico y amoroso. En este canto se nota la desesperación del poeta por las injusticias de la vida y el rescate que tiene el espíritu mediante el amor. Es la combinación perfecta del mensaje social y el amor. El amor que para Varillas Castro cura resabios de agobiante hiel, trocando su tormento en haz de dulcura. La décima VIII escrita en octosílabos de rima consonante dice:
si la llama que me imflama
proviene de una pasión,
y no obstante la razón
la aviva, y ni aún ¡ay! Exclama,
ni su agonía proclama,
es porque antes que el dolor,
su saña y alevosía,
está embriagante ambrosía
que emana sin estupor
entre lágrimas de amor.

Completa este breve poemario sobre la poesía piurana actualk la antología que acompaña a este trabajo, que no es cabal pero que es el inicio para aquellos estudiosos de la poética piurana que deseen continuarlo.

Piura, noviembre de 1978


LOS POETAS PIURANOS EN LA ANTOLOGIA DE LA TORTUGA ECUESTRE

POR: MIGUEL ANTONIO VARILLAS VELASQUEZ

Poesía Peruana Contemporánea.- Antología de "La Tortuga Ecuestre".- Prólogo, Selección i Notas de Gustavo Armijos.- Ediciones Cultura eruana.- Lima. 1ra. Edición, 2003.- 300 pg. 14.5 cm. x 20.5 cm. Edición de lujo.

Felizmente, que el propio autor, el destacado i distinguido escritor i poeta Gustavo Armijos (Piura, 1952), creador i editor de la revista literaria “La Tortuga Ecuestre” (32 años de existencia, con 244 números al 2005) dice, que el criterio para la elaboración de la antología de la poesía peruana, está signado por la arbitrariedad, tanto para la selección de autores como textos, quienes han sido ordenados en secuencia cronológica, según la fecha de su nacimiento. I, lo decimos, porque las antologías siempre traen un hálito de comentarios sobre si los que están son o no están todos los que son.

“LA TORTUGA ECUESTRE”
Revista Literaria nacida en 1973, tomando el nombre de un famoso libro del poeta surrealista, César Moro, acumulando ya 250 números a febrero del 2006 editado con los poemas de Andrea Cabel (1982), según el propio Danilo Sánchez Lihón, que hace la presentación del Homenaje en el trigésimo aniversario de la revista, afirma que este quehacer “constituye un hecho asombroso, una hazaña i una proeza, que ojalá nos haga dejar siquiera por un instante al lado la queja i el lamento, para celebrar jubilosos un hecho real i tangible, cual es un esfuerzo realizado no desde el Estado ni desde la empresa privada, sino desde el lado del anhelo i del impulso que anima, la poesía cual es la gracia, el don del amor la pura esperanza de mantener un proyecto cultural lanzado a lo utópico, porque finalmente una revista es un proyecto cultural, en este caso, por generación espontánea, por el milagro de un hombre imbuido de ideales i sueños i gracias también a una vasta comunidad de poetas que se escriben i se afanan de publicar i difundir el fruto de su trabajo í por aquellos que la buscan, la leen i reescriben sobre sus páginas i gloriosas utopías”.
¡Treinta años, los más terribles de la Historia del Perú (1973-2003), publicando poesía!, escribe Sánchez Lihón, i se pregunta ¿para qué poesía en tiempo de miseria? (tomado de Hörderlin), i se responde, porque la poesía es azas, cornizas, rendijas para salvarse i no caer en el vacío.
“La poesía es curación, práctica de salvación, resurrección. Es lucha en la muerte, cotidiana pero a la vez con la otra hecha de eternidad...”
“Se escribe poesía en el Perú, siendo tan pobres, a fin de convertirnos en espadas, trocando nuestras penas i desgracias en tesoros fulgurantes, en diademas o diamantes, entresacando poder de tanta tristeza i de tantos abrojos, para sentirnos más vivos, más esperanzados, capaces de ganarle esa lucha a muerte al absurdo i sin sentido existencial de algo tan maravilloso como es la vida...”
"De allí que revistas como "La Tortuga Ecuestre" sean necesarias i vitales, porque conjuncionan a una comunidad de personas que cultivan un quehacer como la poesía, producen debates, son objetos de comentarios i sirven de distintas maneras a la forma de una cultura nacional, constituyen la memoria, el regístro i la herencia histórica de un proceso. Son la vanguardia i la atalaya que vigila i descubre, es el ojo avisor, la punta de lanza, la mirada desde el umbral proyectada al más allá que está siempre por inventar”.

"LA POESÍA PERUANA CONTEMPORÁNEA"
La “Poesía Peruana Contemporánea” es una antología hecha por el poeta piurano Gustavo Armijos de los poemas que el autor ha publicado en dicha revista durante más de treinta años, a partir de los setenta (1970), como lo hicieron otros autores: Alberto Escobar (1973), Jorge Miguel Oviedo (1973), Augusto Tamayo Vargas (1978), o Ricardo González Vigil (2000), además de la de César Toro Montalvo (1978). En la antología se reúnen diversas voces contradictorias i disonantes entre sí, con un número de poemas de cada antologado que permiten al lector identificar la personalidad poética. Todos ellos hurgan sus propias vidas cotidianas, recogen sus frustraciones i soledades i su entorno citadino, de su margilidad i desarraigo, de la violencia urbana i su imaginería aleatoria, como dice el autor Gustavo Armijos en el prólogo.

LOS POETAS PIURANOS DE LA POESIA PERUANA CONTEMPORÁNEA
Afanados en el estudio de la literatura piurana -i que me perdone el autor-, de los setenta antologados, sólo consideramos los poetas piuranos, que son los siguientes: Marco Martos. Armando Rojas, Eduardo Urdanivia Bertarelli, Rosa Materia Carbonel, Carlos Guevara, Gustavo Armijos, Armando Arteaga, Julio Aponte, Róger Santiváñez, José María Gaona, Carlos Bayona Mejía, en cuyos versos han afinado sus recursos estéticos profundizado i depurado el tratamiento temático i discursivo de sus creaciones, unos con su lenguaje virulento inconformista e irreverente, otros con su agregado de romanticismo, naturalismo i prosaísmo coloquial, lirismo desbordante, el experimentalismo lúdico i hasta el erotismo, todo lo cual ha tomado en cuenta Armijos al hacer la selección. Selección justa i equilibrada porque no son los únicos, sino los que aparecen en la revista durante estos treinta años.

MARCO MARTOS: “CASTI CONNUBI”
Marco Martos (Piura 1942). Autor de Casa Nuestra (1965), Cuaderno de quejas i contentamientos (1969); Donde no se ama (1974); Carpediem (1979); Cabellera de Berenize (1990); El mar de las tinieblas (1999).
Aparece en la antología con los poemas Casti Connubi, Muestra de arte rupestre, Varona í Varón. Dice en Casti Connubi.
Varona i varón
desnudos frente a frente,
desnudos con esmero,
son presencia impalpable
de la gracia del quien sabe.
Nada pueden contra ellos
ni el miedo que bien sienten,
ni los espacios de los encuentros,
ni la envidia de los solitarios,
ni el viento de los que murieron.
El fuego es tan su salsa,
tan feliz como un niño,
tan se escapa por un tubo,
tan se oculta o parece nada,
que induce a la pareja
a desnudarse con esmero,
a juntar aire i tierra,
aumentando la ternura
para empezar de nuevo al acto
más hermoso de la vida: varona i varón.

ARMANDO ROJAS "QUE SOSTIENE TU CUERPO EN EL VACÍO"
Armando Rojas (Huancabamba, 1945; París 1986) Obras:
Bosques (1973); Breve antología poética (1989); Gaviotas en el lienzo (1992).
Aparece en la antología con sus poemas Efigie, Relación primera, Como una nube de grillos tu corazón, Qué sostiene tu cuerpo en el vacío; Mientras contemplo los focos de la carretera, Quinteto, Homenaje. Dice en Qué sostiene tu cuerpo en el vacío
Qué sostiene tu cuerpo
en el vacío pájaro gris
pájaro tus ojos
que levantan
de la cola del viento
i en el cielo manchado
de hollín qué mundos aleatorios
avellonan tus alas i
rompen sus sonidos
sobre yertos cabellos
si resplandeces
i en equilibrio alzas
montes cuerpos ciudades i
nada te es ajeno i
en tus alas van i
vienen planetas
girando
i arremolinándose en
el aire sopla
i desciende.

EDUARDO URDANIVIA BERTARELLI: "ESPERA, NO LA TOQUES"
Eduardo Urdanivia Bertarelli (El Alto, Piura, 1947). Obras: Al encendido fuego (1987); Palabras como arena (1990) El mar i nada más (1992).
Aparece en la antología con los poemas signados con números romanos: XL XLII, XLV, XLVI, XLIX. Dice en el poema XL (fragmento):
Espera
No la toques
Lleva dentro de sí
Un fruto sombrío como un sauce
No envuelvas su cintura con tus manos de sombra
¿No ves que sus hombros se deshacen?
Mira sus labios como paredes desmoronadas
¿No recuerda su pecho una llanura devastada por el viento?
No la quieras para ti
No todavía
No la perturbes
No maltrates su soledad
No quieras llenas sus patios
Con canciones que no puede cantar
Pues se ha quedado muda
Espera un poco
Lleva consigo una campana de domingo...

ROSA NATALIA CARBONEL: "BATALLAS"
Rosa Natalia Carbonel (Sullana, 1951). Obras: Para no hacer cosas desagradables o los días son trocitos de papel (1981); Itinerario (2001).
Aparece en la antología con los poemas signados con números romanos: VII, VIII IX, X, XI; Bajo el sol; Arte poética; Batallas. Dice en Batallas:
El enemigo está dispuesto
a todo dragón
huracán que
lanza sus últimos gemidos
pero
morir triunfar
cambiar el mundo
destruir al dragón
volverlo a destruir
destruirlo otra vez
hasta que su ridícula cabeza
quede enterrada
en la arena.

CARLOS GUEVARA: “SE HAN DETENIDO AQUI ...”
Carlos Guevara (Piura, 1952). Obras: Cerrando los postigos (1982) Campo (1985); Historia (1987); Campo i otros poemas (1989); Los conquistadores (2000).
Aparece en la antología con los poemas: Se han detenido aquí, Dice en “Se han detenido aquí”
Se han detenido aquí los sueños i las naves.
Es de noche. El silencio desciende del cielo
i el mundo es un inmenso bosque del pasado.
Recuerdo el tiempo, los cuerpos de diversas muchachas,
un lugar vestido de rocas i el lenguaje tranquilo
de cierto huésped que alguna vez albergué.
El Fuego parte de mis manos formando osarios i
rostros eternos que han perdido vigencia. Nadie
es invencible. Las hachas hacen girar las estrellas.
Se desconocen los motivos i los propósitos divinos.

GUSTAVO ARMIJOS: "TESTAMENTO"
Gustavo Armijos (Piura, 1952). Obras: Celebraciones de un trovador (1977): Liturgia de la vigilia (1979); Tierras del exilio (1982); Conversatorio (1989); En esta vieja nave (1998); Varía canción (2003).
Aparece en la antología con los poemas: El fracaso del protagonista; Testamento; Niña de los helechos; Preludio I; Marina Mora atrapada en su propia red. Dice en Testamento:
Fui un muchacho de corazón salvaje
Convertido en oso entre caras meditabundas
¿Hasta dónde llega la redondez de la tierra?
¿Hasta qué instante podría consolarnos Ana Frank?
Derretida como nuez entre los dedos de mi suegro.
I para él fui el borracho atropellado
por la luz del patrullero.
I sin cantar en voz alta fui un muchacho de corazón salvaje
que pagaba alquiler, luz, agua i otras gabelas.
I me largué creyendo que la ciudad
no tenía retamas
ni la vigilia en el llanto de mi hijo.

ARMANDO ARTEAGA: "TE CUENTO UN CUENTO DE AMOR"
Armando Arteaga (Piura, 1952). Obras: Callejón sin salida (1986); En oficios terrestres (1998).
Aparece en la antología con los poemas Te cuento un cuento de amor; De una muchacha (A la manera de Kenneth Koch). Dice en Te cuento un cuento de amor.
La noche del último día de otoño de 1973, a eso de las 8.30, Clap! tuvo el presentimiento de que iba a morir mañana en una ciudad de rascacielos, muy lejos. Salió de su casa a caminar con bruma, como un árbol de fuego, vagó por las calles de Santa Cruz, derrepente sin comprender por qué Klap enrumbó por el Malecón Cisneros.
Había neblina. Azul. Sintió el mar, el horizonte, la luz de ciertos barcos, era como el abismo entre la vida i la muerte. Me voi a dormir mañana -pensó-, mientras algo lo volvía irracionalmente a la playa. Klap!, muchacho con miedo de morir, un ruido de llaves, i nuevamente empezó a caminar por la vereda. El mar era negro.
Publicado por antonio varillas en 6:12 0 comentarios
jueves 17 de mayo de 2007
Poetas Piuranos - Gustavo Armijos


LA CIUDAD DEL SONIDO

Hay un borde sonoro en que los hombres se empinan
tratando de alcanzar las ciudades que se diluyen
sin tener fronteras
sin enemigos que puedan destruirlos campos salvajemente tatuados de verdor.
La ciudad de la quietud se podría llamar
pero tendría que volverse a un reino de cal blanquísima
a una villa enfarolada.
Volver sin recordar los hilos de la noche,
los huesos pútridos y los nichos cambiados de lugar.
(Inclusive reconstruir las murallas de la ciudad)
2 puertas de bronce (Una en la Portada de Guía)
(Y la otra en el Puente Huáscar)
Has de meditar entre las puertas del Hades
entre las murallas que cercaban la ciudad.
Las casas perdidas en un bosque de alientos
acorralados por las brisas de los malecones
en tu periplo perdido por las aguas.
Te ofrezco un mundo amable y bello
y el corazón de nuestros hijos apadreados por los bárbaros
que me niegan esa postal ya olvidada
entre mis libros de aguas calientes acantiladas.

NIÑA DE LOS HELECHOS

Sola y desamparada niña de los helechos.
La recuerdo como nunca en estas pistas.
Son un manto de grullas volando con Rumbo Sur
Una marea de codornices gritan el triunfo final
en Cartagena de Indias- 1979.
Tinieblas rojas. El misterio en tus ojos.
Nubes de polvo provienen del cielo.
Y de las canteras se extraen piedras
para construir los muros de una gran ciudad
en este mar donde un cardume me anuncia el
remordimiento.“Aquí están los toneles de Ron Caldas”
“Aquí está el aguardiente Cristal”
revueltos con barro colorado.
Nadie me pidió venir
ni acercarme a la tempestuosa caminata
rodeado de caracoles
y pensar que en un momento tu pelo fue una fruta
desnuda
perdida en los cañaverales
y tus rodillas mazorcas de maíz.
Extranjerísima al mirar
Viñetas Tablas de cerámica
Telas y tesoros del arte
Retratos son el bajo relieve
Acrílicos de sus gestos y ademanes
VitralesCartagena de Indias – 1979
Existen caras brutales en medio de la descomposición
de la luz plateada en el ocaso.
La gente es una barca frágil
en una mañana cualquiera que busco razón a este
peregrinar.
Algunas aceras muestran cartageneros
alegres morenos
y hasta algunos rejuvenecen
como espirales de luz
más allá de toda experiencia
encuentro en sus seres
un colmenar de abejas dormidas.
En bella Unión leía el libro de los mitos
y encontraba los textos con un filo de navaja
arribando a la primavera de las flores y las frutas.
Ahora quizá ordene el racimo de adornos plásticos.
Aquí comienza el mar Caribe.
-Nosotros somososcuros seresen un barril de vino-
Sin embargo tomaré el interurbano
para iniciar las indagaciones
de no tener una fotografía tuya
y beberé una sopa de espárragos en un tambo
cerca de una gasolinera/ gozando la plenitud
de la noche en un otoño extranjero
Cartagena de Indias –1979
Todavía oigo tu risa en el ecran del Cine Central
o es una locura decir: ni exiliado ni turista.
Y la línea férrea no rememora la eternidad
y si me dijeras ahora: nunca te quise
como aquel entonces en las cercanías de un puesto
de periódicos
el muelle me devolvería de un palmazo
el recuerdo de la partida
confrontando el problema de la predestinación
o el estupor lastimero
bajo una brumada cañones de incienso.
Y navega mi imagen en tu presencia
y los acorazos arremeten
contra la cubierta de los aeroplanos
en un simulacro de guerra.
Te amé entre los ruidos de caucho
y ahora que evocar tu enagua cereza
y lo que fuiste para mi una fuente de hiel.
Cartagena de Indias, 4 de abril de 1979

ARTE POÉTICA

Este oficio que ejerzo y no lo cambio por otro
de los que han ocupado mi precaria existencia
impecablemente absorbente que hasta perdí la medida
de las cosas mediatas; sin embargo la labor es tan profícua
que escribo de día, noche y hasta tras la lluvia
y bajo los truenos y rayos que cruzan mi vida.
Este oficio tan inigualablemente fiel
al agua o el fuego en medio de calles y avenida multicolores
y los versos que he ido enhebrando con espíritu festivo o lúgubre.
Pero riqueza material no me ha ofrecido
y mientras con certeza observo calles y gente sin paz interna
mi existencia terrena continua recostado sobre escritorios
frente a micrófonos que dispersan mi voz en el éter
por palabras como fuego o como balas en la noche
en que escucho Rinsky-Korsakov volando sobre oropéndolas.
Este oficio que sirve para ponerle color a la tarde infernal
pero que una mañana permite guardar la memoria de los vecinos
más allá de los pantanos infectados de sanguijuelas.
Este oficio dulcemente bello para escuálidas muchachas
perennizadas en el tiempo de sequía o de abundancia
algunas con dientes aperlados que nos sonríen desde el másalto lugar de la azotea.
Este digno oficio llamado poesía que ejercemos en la noche
tranquila y serena y no apto para cardíacos
y porque la verdad, la verdad es que todos estamos terriblemente solos.
Es el manantial del que muchos quisieran beber
pero muchos son los llamados mas poco los escogidos
a copular de manera interminable con las musas.

HORÓSCOPO

Cuando te vi un estremecimiento extraño invadió mi ser
como si trepara por las lomas empinadas que forma la arena
convirtiéndome luego en médanos o dunas.
Qué escandaloso sol hacía en aquel instante
que hasta los bichos habían desaparecido
para dar paso a tus palabras hoy rememoradas:
no sé si fuiste primero tú o la poesía.

ESPEJO NATURAL

Estoy reflejado en el estanque.
Toda mi figura ha quedado
grabada en el agua.
El paraíso es el pasto
que me cubre las orejas.
También se refleja en el agua.
Fui amable conmigo.
Cómo podría olvidar las murmuraciones
mi figura, el agua, el paraíso
reflejado en el estanque.

PARAÍSO

El bermellón de los papagayos
la penumbra de las estatuas
la húmeda canción del desterrado
el olor del mar cuando está picado
la elasticidad de los limoneros
la soledad de los bungalows
están las retinas tristes
por el bermellón de los papagayos
el orgullo de hierroque se pierde en el horizonte
la penumbra de las estatuas
sol en movimiento
afinidad excelente del cuerpo
confortable bilis que endulza
déjala que se divierta
hasta convertir en floresta
un paraíso de arena.
Te flagelan las nebulosas
el humus en medio de ti
crece crece crece crece
debe crecer
el tallo y su sombra
en el paraíso.

UNA ESCENA DE INFIDELIDAD EN LOS ARENALES

Antes de ingresar a Ica y cerca a un banco de arena/detengámonos
para recordar a la esposa amada, lloremos frente a tanta/desventura
cerca a los vientos que arrecian y golpean la cara/intermitentemente.
No se borran fácilmente las huellas y el reflejo de las telas
nos conducen a una aflicción mortal por el perfume de los/viajantes.
Existen lágrimas vertidas por el recuerdo
pero ya no estás presente porque nuestros hijos han partido
distintos destinos les espera lejos de los amuletos.
Uno de nuestros herederos intentó trepar por la pendiente
pero nuestra ruptura conyugal estaba decidida hace años
cuando abandonaste el hogar y el amor mataba
ahora ha transcurrido el tiempo y otras aflicciones me/seducen.
¿Acaso mi corazón no es conciente que otro te/empujó
a odiarme sin que tus ojos lograran apartarme de tu memoria.
La infidelidad hirió de muerte mi corazón maltrecho y/desgarrado
era tan intenso el dolor comparable con la esquiva muerte.
Me regocijé hundido en el ocio mientras se desplegaban
las alas del desatino y tu trampa no tenía el más mínimo éxito.
Atravesamos la Plaza de Armas las ropas están raídas y/desgarradas
y tratamos de llegar a un valle cercado por médanos y dunas.
No apreciamos ningún páramo sólo el reflejo de tu tes y talle/esbelto
para nuestro consuelo sin adorno que cubra la miseria/humana.
Al entrar la tarde nos alejamos para siempre en señal de/abandono
nos ahogamos en alcohol y tabaco para nuestro consuelo.
El ardor de ella era intenso como su fuego en la cama
tan saludable como el más fructificante vaso de jugo de ciruela
hubieron luego tantas mujeres pasajeras
como la circunstancial compañera de un viaje en tren
pasaron los años pero nunca pude olvidarla
por tan inimaginable misterio de la infidelidad conyugal.

EVOCANDO LOS RIGORES DEL DESIERTO

El rojo o naranja vivo de su boca me enloquece
sus bellos ojos y espléndida mirada se expanden cada eternidad
entre las estrellas cabalgan como briosos corceles o gacelas.
Valia es mi aflicción permanente
y la busco presuroso de noche
en la pantalla pequeña o caja boba.
Busco el eco de su llamadao la amplia soledad sumamente esquiva.
Mis manos crispadas por la angustia
tratan de desnudar las tinieblas
a las que ascienden los bien
hecherosque la pretenden colmar en el elogio.
Un estremecimiento mesurado me seduce
el impulso colmado de amor me aletarga
más bella que la hechicería de sus ancestros.
Tal como la veo con suntuosas ropas
y una suave brisa galopa su rostro
con maquillaje hasta el hartazgo.
Procuro el reposo con la certeza
que es el reflejo de la eterna poesía.

31 de DICIEMBRE 2005 (LICOR DE ORO)

Limpia es la vida, ignorante la muerte
no existo una línea imaginaria
que las separe lejos de los flancos.
Cáncer o cangrejo que se mueve en todas las direcciones
del retorno infinito.
Renacer al principio o finque se hace despiadado
que se vuelve lleno de reproches con la conciencia.
La gratitud es el deber duro de partir
donde el gran creador genera castración
de almas plagadas de reproche y vicio.
Cáncer al más alto crimen de la civilización
y de la geografía del desconsuelo.
Brebaje que se siente cálido y agraciado
como vino espléndido derramándose en la mesa.
Cáncer lo mejor de viña algunadon
de reposan las constelacionese
n los días de estremecimiento y aflicción
que me constriñó ante ojos sorprendidos
singular forma de pertenecer a la cofradía.
Quisiera apresurar el reposo y mirar la noche
como un manto desierto y peligroso
como si fuera a tramitar un expediente
para cumplir la promesa de marcharme para siempre.

GUSTAVO ARMIJOS. Piura 1952 Licenciado en Lengua y Literatura. Periodista y autor de varios libros de poesía y antologías. Obtuvo el Premio Municipalidad de Lima de 1981.

POETAS PIURANOS - MARCO MARTOS


CASTI CONNUBI
Cada mañana, marido y mujer, sentados y limpios, comiendo tostadas, ruido de rata,
leyendo los diarios, matando las moscas,
hablando del clima, cada mañana,
esperan la noche, el hastío sexual:
fingirse dormidos, fingirse despiertos,
decirse palabras de libros de amor,
cada mañana, marido y mujer,
van al trabajo, regresan, almuerzan,
van al trabajo, regresan se acuestan,
gordos, lustrosos, años de años,
esperan la noche, matando tostadas,
matando las moscas, matando los diarios,
matando los climas, cada mañana, gordos,
payasos, esperan la noche, el hastío sexual:
fingirse dormidos, fingirse despiertos,
decirse palabras de libros de amor,
cada mañana, rata y rata, rata y rata.

VARONA Y VARÓN

Varona y varón,
desnudos frente a frente,
desnudos con esmero,
son presencia impalpable
de la gracia del quién sabe.
Nada pueden contra ellos
ni el miedo que bien sienten,
ni lo espaciado de los encuentros,
ni la envidia de los solitarios,
ni el viento de los que murieron.
El fuego es tan su salsa,
tan feliz como un niño,
tan se escapa por un tubo,
tan se oculta o parece nada,
que induce a la pareja
a desnudarse con esmero,
a juntar aire, y tierra,
aumentando la ternura
para empezar de nuevo el acto
más hermoso de la vida:
varona y varón.
MARCO MARTOS, nació en Piura, en 1942. Es poeta, crítico y profesor universitario.Obtuvo en 1960 el Premio Nacional de Poesía del Perú y fue ganador de los Juegos Florales de San Marcos, Jurado de la Casa de las Américas (1984)Fue profesor en el Instituto Nacional de Arte Dramático de Lima (/1965-1967), en la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga de Ayacucho (1968-1969); Universidad Nacional de Ingeniería de Lima (1970); Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1970-2001) y Profesor visitante en la Universidad de Stendhal de Grenoble (1987-1989).
POETAS PIURANOS - ARMANDO ARTEAGA

DE UNA MUCHACHA
(A LA MANERA DE KENNETH KOCH)


Estabas vestida con tu blusa de percal a cuadros
Y en cada uno de los cuadros en que tu blusa estaba dividida
había un retrato de César Vallejo
Tus cabellos eran negros y estabas bella. Me preguntaste:
¿Es que
la mayoría de los muchachos creen que casi todas las chicas
son malas?
Sentí el olor a perro muerto de tu casa en el 6to. piso
de la Residencial San Felipe y en tus
cabellos
adornados por una vincha metálica que bien podría ser de
Georgette
habían alondras.
Eras un daguerrotipo "No,
No", dije: "Son las chicas que creen que los muchachos
son malos".
Hubo confusión. El fontanero llamó a la puerta
y luego hojeamos un Vogue juntos
Y empezamos a dar vueltas en el baño, tantas, que ensucié
mis zapatos de gamuza
mientras el Boby movía la cola
y ladraba tras un esférico de básquet.
Tu mamá se paseaba por la sala de estar, tarareando un tango
de Gardel
y arreglando un florero.
Esperamos un poco desde la terraza y luego nos unimos a ella
en la cocina
para tomar el té en tazas pintadas
por la hermana de Sérvulo Gutierrez. Tu papá entró
esquizofrénicamente
hablando
con sus anteojos a lo Martín Adan: "Qué tal
un trago todos?...
otro trago, una mosca, una mosca en busca de miel...
Fue entonces que empezamos a aburrirnos
Te dije: "Bajemos a caminar afuera un rato" "o tirémonos por
la ventana".
En la calle, echamos a caminar hacia el supermarket
y te compraste un Billiken
un chicle
un lapicero. Oh, de eso hace ya bastante tiempo.

ARMANDO ARTEAGA, nacido en Piura-Perú, escribe poemas y cuentos, es periodista, pertenece a La Generación del 70, ha publicado: "Callejón sin salida" (Poesía, 19869, "Un amor en que aún" (Poesía, 2000), "Cuentos de cortometraje" (Narrativa, 2002), entre otros libros.

POETAS PIURANOS - ROGER SANTIVÁÑEZ


CONVERSACIÓN CON MI PADRE EN SU LECHO DE ENFERMO
Ahora tal vez la muerte no sea una bella palabra.
Tus ojos negros me miran, se aferran suavemente
a un hilo de vida, al silencio de tus labios
en el que leo mi nombre pronunciando con amor y
una flecha de soledad disparada al mundo,
a esta hora de la tarde en que me encuentro
solo contigo y comprendo que el oxígeno,
el suero, las agujas rompiendo tus dulces venas
son también los días reunidos
en que paseábamos bajo los algarrobos frente
al Mercado Viejo, una manzana de sol dorando
la belleza de las gentes /Piura
Viento de las seis besa el corazón de Aníbal
como él besó la tierra caliente, llámalo
hacia la vida, recuérdale a las muchachas
cuerpo-cántaro de agua fresca, dile que tú
has superado todos los controles del hospital
haciendo el amor a enfermeras irascibles
y que ahora estás acariciando su cabello lacio
aunque él no pueda darse cuenta y duerma domin.nl"
por la fiebre y la diabetes / ¿Cómo habrá pasado
la noche? En este último versa el poemasé que parto al hospital y voy a reemplazar al viento.

Nacido en Piura, en 1959, uno de los miembros fundadores del movimiento «Kloaka», ha escrito los siguientes libros: Antes de la muerte (Lima, 1979), Homenaje para iniciados (Lima, 1984), El chico que se declaraba con la mirada Lima, 1988), Symbol (Princeton, 1991), Cor cordium (Amherst, 1995), Santísima Trinidad (1997), Historia francorum (1999), Santa María (Lima, 2001), El corazón zanahoria (Piura, 2002), y Eucaristía (Buenos Aires, 2004).



POETAS PIURANOS - JOSÉ MARÍA GAHONA

BOSQUE DE JÓVENES
I
yo
can herido
aúllo esta soledad
de cuatro patas
II
Que de tanto esperarte
mi soledad
se partió en dos
III
Mujer
aquí comienza tu alegría
yo soy el loco
que se va a comer
la carne de tu llanto