16 noviembre, 2008

Los 35 años de la revista La tortuga ecuestre / Por Juan Yépez

En enero de 1973 apareció La Tortuga Ecuestre, revista de poesía que dirige desde hace veinte años el poeta Gustavo Armijos. De los orígenes de esta revista y su importancia, trata la siguiente entrevista. En ella, el poeta, nos habla también de su trabajo creativo.

La Tortuga Ecuestre ha publicado a un buen número de poetas –muchos de ellos bastante notables- y ha mantenido una terca regularidad a lo largo de veinte años, lo cual lo ha convertido en una revista referencial.
¿Cuáles fueron sus orígenes?

En principio, nació como un homenaje a uno de los grandes escritores rebeldes que tuvo o tiene la literatura del Perú: César Moro. Y, en segundo lugar, aunque en la década del setenta el grupo Hora Zero había copado toda la escena poética; pero también había creadores –llamémosle insulares o independientes- que no estaban militando en ese movimiento y necesitaban tener un vocero donde publicar sus textos. Entonces varias personas de distintas universidades, que nos reuníamos en el Bar Palermo, tuvimos la idea de editar La Tortuga Ecuestre. El primer número salió en enero de 1973 y estuvo dirigido por Isaac Rupay, por decisión de todos los que participamos, entre los que se encontraban Elias Durand, Juan Carlos Lázaro y Santiago López Maguiña. El segundo número apareció sin director, porque la víspera hubo una polémica y lo decidimos así. En el tercer número, ya aparezco yo como director; aunque, claro, yo había sido el que impulsó inicialmente la publicación y asimismo el que en cierta medida la financió y la ha venido financiando durante todos estos años. Pienso que La Tortuga Ecuestre es como esa pequeña gacetilla que se echa bajo la puerta y trae un esperanzado mensaje de poesía.

¿Cuáles eran los objetivos iniciales de la revista? ¿se ha mantenido a través de todos estos años?

La tortuga ecuestre mantiene su inquietud inicial; difundir a poetas que no tenían o que no han tendido acceso a los diferentes medios de comunicación, aunque es verdad que se ha publicado a poetas consagrados, como por ejemplo a Martín Adan. Las tres últimas promociones de poetas, han publicado profusamente en sus páginas. Creo yo que no hay poeta importante en el Perú que no haya publicado ahí. Lo han hecho Cisneros y Calvo, de los sesenta; Verástequi y Pimentel de los setenta; Domingo de Ramos y Rocío Silva Santisteban, de los ochenta; y, de los noventa, han publicado casi todos.

¿Cómo han hecho para conciliar tu propia labor poética con al difusión de poesía que vienes llevando a cabo?

Es un poco difícil, porque a veces se descuida lo uno o lo otro; pero sin embargo, he podido conciliar ambas actividades. Además, en diversas etapas de la revista, he tenido gente joven que me ha ayudado a conseguir material y a escogerlo. Pienso que el poeta debe ser una persona que se dedica con interés a su actividad y dejar de ser aquel actor de fines de semana o feriado. Tiene que dedicarse por entero a la creación. Yo he seguido creando, trabajando.

Trigésimo Quinto Aniversario de una legendaria revista
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¿Cuál es la importancia de las revistas tipo Tortuga Ecuestre, Haraui, para la poesía nacional de nuestro país?

Son tribunas sumamente importantes porque muchas veces los medios de comunicación masiva, principalmente los diarios, tienen un espacio reducido para la poesía. Entonces, estas pequeñas publicaciones permiten conocer a muchos poetas de calidad, que lastimosamente de no existir alguien más. Muchas veces no darían a conocer sus producciones.

¿Qué problemas tienen que afrontar las revistas literarias para su publicación, y qué trabas impiden o frenen muchas veces el trabajo que realizan?

El problema principal es el financiamiento, por la sencilla razón que los insumos son demasiados elevados. Para nosotros, los de la revista, cuatro años y medio de publicación mensual que tenemos, representa, particularmente, un egreso que, sin embargo, puedo hacerlo, porque me dedico a la publicidad, y un pequeño margen de esos ingresos los utilizo en la publicación de la revista.

¿Cómo está en estos momentos la poesía peruana?

La poesía peruana atraviesa y siempre atravesó un buen momento, desde Vallejo, que es un poeta universal, y que influyó no solamente en las generaciones poéticas peruanas. Lo importante es que nadie pretende escribir como él, y a partir de la década del 70 se practicó un exteriorismo, o sea llamar las cosas por su nombre, ya no era poesía que le canta a los claros de luna.

En esta década se ha hecho presente un desborde popular y masivo de poetas a Lima. En el caso de los premios COPE, los ganadores mayormente son provincianos.
El fenómeno que tenemos aquí y no solamente en el terreno de la poesía, sino en cualquier campo de las manifestaciones populares, es el centralismo que bajo todo punto de vista tratamos de superar. Por ejemplo, hemos publicado selección de poesía huanuqueña, de Tacna, del grupo Isla Blanca de Chimbote, tratando de superar este centralismo.

Respecto a las revistas literarias de provincias, ¿cómo se encuentran y qué trabajos realizan dentro de sus posibilidades ?

Siempre ha habido limitaciones en este espacio, porque lamentablemente el Perú es Lima, y s aquí donde se encuentran todas las editoras, las grandes imprentas. Entonces, ellos tienen que luchar doblemente contra el medio hostil, debido a que la gente tiene poco apego a las manifestaciones literarias. Pero es sumamente importante, por ejemplo, que exista un Livio Gómez, en Tacna, que se preocupa, que ha dirigido revistas de muy corto tiraje y que ha contribuido en cierta medida a la publicación de gente joven.

¿Podría definir y precisar cuál es la importancia de estas revistas en la literatura y en la poesía actual?

En el Perú hemos tenido grandes revistas y casi todas han partido del esfuerzo y la heroicidad de sus directores. Hablamos de Amauta de José Carlos Mariátegui, de Mar del Sur, de Amaru. La Revista Amaru, que a pesar del auspicio que tuvo de la UNI, de no haber sido por el gesto generoso, del desprendimiento de Emilio Adolfo Westphalen quizá no hubiera existido.
Ahora, yo me solidarizo con dos revistas que son contemporáneas: Cuadernos Trimestrales, que en los últimos tiempos ha dejado de salir, y Haraui, que ya no sale con la misma periodicidad. Tengo entendido, por el trabajo que está haciendo Francisco Carrillo, su directos, quien está haciendo un trabajo muy importante dentro de la investigación en el campo de la literatura peruana.

FALTA POLÍTICA CULTURAL

¿Crees que en la actualidad la poesía está cumpliendo con el rol que tiene asignado dentro de la sociedad?

Debería cumplir un rol importante, desalienante. Lamentablemente el poco espacio que se le otorga en los medios masivos de comunicación, como dije anteriormente, no permite que la gente ame a sus poetas. A nuestro pueblo hay que enseñarle que ame a la literatura que es un gran problema que tenemos, y es además un mal endémico en la educación y en el país.
No hay política cultural que permita a los autores tener acceso mayoritario al público. No lo hay lamentablemente. Lo que nosotros hacemos son cantos de sirena: en una sociedad y en una ciudad de ocho millones de habitantes, mil ejemplares de nuestras revistas. Pero nuestro modesto aporte, en cierta medida, contribuye a que se conozcan nuevos autores.

Aunque de esta manera la poesía se convierta en algo elitista ...

Lastimosamente, la poesía fue siempre elitista y los poetas estuvimos acostumbrados a leernos entre nosotros. Justamente por eso publicamos la revista, con el deseo y la intención de que mejoren estos estados de cosas y que los poetas peruanos sean amados por su pueblo.

La revista cumple treinta y cinco años de vida activa promoviendo y difundiendo a poetas de distintas generaciones de todo el Perú, bajo la dirección del poeta Gustavo Armijos

La Tortuga Ecuestre” en la historia de la literatura peruana
Por: Ricardo Virhuez

¿Cómo fue que se inició en la revista y qué motivos lo impulsaron para aparecer en la escena de la literatura peruana?
Es una pregunta importante que tiene una connotación histórica. La revista nació a raíz de que Hora Zero había copado la escena de la literatura peruana y los principales medios de comunicación sólo publicaban a los consagrados del 60 y 50; mientras que Hora Zero se prodigaba en universidades y sindicatos tratando de imponer su propuesta poética. Un grupo de poetas que no estaban en Hora Zero, Estación Reunida, ni Gleba, en una noche de bohemia, decidimos publicar una revista en homenaje a César Moro. En el primer número aparece como director Isaac Rupay, pero quien financió la edición y se encargó de recopilar el material fui yo mismo. La edición me costó S/. 1,800.00 soles oro de la época que pagué en dos partes, los siguientes números se hicieron en una maquinita artesanal que me regaló mi padre y que hasta ahora conservo, pero ya no utilizo por cuanto se edita con un sistema más moderno.

¿Ha tenido dificultades económicas la revista todos estos años?
Siempre, desde la aparición de la revista hemos tenido crisis y siempre he sido el que ha dado el mayor aporte pecuniario; aunque muchas personas en gesto de desprendimiento han colaborado con el integro de la revista pero hemos compartido los ejemplares para la distribución, muchos ejemplares han sido obsequiados pero también otros se han vendido porque es la única forma de mantener la revista.
Siempre he tratado de publicar a poetas de calidad, consagrados y otros a punto de consagrarse, algunos lo reconocen mientras que otros no, pero eso no me afecta en lo más mínimo; porque para mí lo importante es el deber cumplido.

¿Qué criterios utiliza para la selección de material?
Si usted se detiene a observar la historia de la revista podrá encontrar que he tratado de que el material que se publique sea inédito; pero muchas veces los poetas son extremadamente celosos, así por ejemplo, Verástegui ha publicado unas tres o cuatro veces pero material poco difundido que ha dado a conocer en publicaciones de distribución restringida, en cambio he publicado poemas inéditos de Martín Adán, gracias a la generosidad u desprendimiento de don Juan Mejía Baca, también textos de don Vicente Azar, excelente poeta de la generación Palabra, generación del treinta junto a Augusto Tamayo Vargas.
En estos treinta y cinco años he pasado por diferentes procesos. Lo rescatable es que he dado a conocer a nuevas voces como la de Roger Santiváñez, cuando todavía vivía en Piura y cursaba estudios con mi hermano Galo en el colegio San Ignacio de Loyola de los jesuitas, o el caso de Miguel Ildefonso que también publicó en La Tortuga Ecuestre y luego ganó el premio Copé. En la primera época publiqué poemas de José Ruiz Rosas un importante poeta de Arequipa y Livio Gómez de Tacna, sólo por citar dos ejemplos importantes.
He publicado a otros poetas y la lista es demasiado extensa por cuanto son 219 números, es decir 279,000 ejemplares; un verdadero best seller, pero el criterio que he manejado ha sido selectivo.

¿Ha publicado también prosa, ensayo o aportes bibliográficos?
Por supuesto, del primero que publiqué un texto en prosa fue de César Toro Montalvo, luego publiqué ensayos de diferentes autores como Juan Gustavo Cobo, Borda o de Harold Alvarado Tenorio, ambos colombianos, porque cuando regresé al Perú después de haber vivido una larga temporada en el extranjero tenía en mente cambiar un poco la tónica de la revista pero, lamentablemente, no se pudo lograr y tuvimos que continuar con las tradicionales 8 páginas.
En los últimos tiempos hemos tenido el aporte del ensayista y crítico de excelente nivel Antonio Sarmiento, el cual ha presentado algunos autores así como publicó en enero del 2000 en una edición Extraordinaria, un manifiesto A LOS POETAS QUE VENDRÁN, que alcanzó un tiraje de 5000 ejemplares, creo que es el número que ha tenido el más alto tiraje.

¿La publicación ha tenido una orientación ideológica?
Soy una persona consciente de que hay que transformar la sociedad, particularmente tengo una profunda emoción social y pienso que la sociedad debe mejorar y los poetas deben tener una mayor oportunidad de acercamiento al pueblo, que las calles lleven sus nombres para perennizarlos, y no como se hace por ahí que aparece un benefactor al que se perenniza colocándole el nombre de una calle por el sólo hecho de haber donado unas cuantas migajas al pueblo.
A pesar de ser un hombre con una clara convicción social he tratado de ser democrático en la revista y hasta han publicado en la revista a pesar que existían presiones para que no se les publique. En La Tortuga ecuestre ha publicado, por ejemplo, el Grupo Neón, un grupo de los noventa con gente sumamente valiosa.

¿Qué otros ámbitos está abarcando La Tortuga ecuestre?
La revista es de extracción universitaria y siempre lo fue, pero, ello no significa que no haya circulado en otros medios como fábricas, sindicatos, penales; así por ejemplo en la década del 80 íbamos a recitales en el Sindicato de Construcción Civil en el jirón Cangallo en La Victoria, todavía recuerdo a Pedro Huillca, a Mario Huamán, al poeta Vicente Aponte, apoyándonos en todo momento y distribuyendo la revista entre los obreros.
También hemos publicado a poetas proletarios como Víctor Mazzi y Leoncio Bueno, los cuales han recibido el apoyo de la revista.
La Tortuga ecuestre, no sólo ha dado la lucha en las universidades sino también en otros centros de irradiación cultural tanto en Lima como en el interior del país.
Se han publicado números dedicados a los poetas de Tacna, a los del Grupo Isla Blanca de Chimbote, a poetas de Huaraz, de Huancayo, de Tacna, Livio Gómez no es el único que ha publicado poesía en la Heroica Ciudad de Tacna.
La poesía que menciono está fuera del centralismo, y es propia de un desborde popular que se ha dado en nuestro país y que muchos ineptos tratar de desconocer porque no les conviene y porque miran las cosas desde la óptica de sus propios intereses mezquinos.

¿Cuál sería su opinión respecto al Premio Copé y de la cantidad de provincianos que han ganado?
El fenómeno que tenemos aquí es un tanto engañoso, lo que pasa es que, un ex funcionario o miembro del jurado del Premio Copé es arequipeño y es por ello que una gran cantidad de arequipeños han ganado premios o menciones honrosas, sin desmerecer por cierto que en Arequipa hay una gran cantidad de poetas de excelente factura.
El resultado es, a veces, engañoso y los poetas provincianos resultan siendo enemigos de ellos mismos por la poca difusión de sus obras como es el caso del huanuqueño Samuel Cárdich.

¿Cree que en la actualidad la poesía cumple un rol importante dentro de la sociedad?
Debería cumplir evidentemente un rol desalienante pero el poco espacio que se le otorga en los medios de comunicación atenta contra ello. Aquí por ejemplo, existía una televisión basura qua entregaba productos de malísima calidad sin que el televidente tenga otras alternativas; y los poetas solamente se leen entre ellos; en una ciudad de casi diez millones de habitantes como Lima, mil ejemplares de una publicación de poesía resultan extremadamente exiguos.
Es decir, falta una adecuada política cultural y el Instituto Nacional de Cultura resulta un ente burocrático que no cumple ninguna función, solamente sirve para cobijar a unos cuantos burócratas que no conocen ni lo más elemental de la cultura del país. Este ente burocrático no cumple, otra función que la de exonerar de impuestos a espectáculos mediocres e intrascendentes.

Tal como refiere Edmundo Bendezú ¿la poesía de la otra literatura ha estado presente en la revista?
Es cierto que es un aspecto un poco olvidado pero nosotros hemos publicado poemas de un escritor ayacuchano que publicó junto a Ninamango unos poemas en Haraui, me estoy refiriendo a Reynaldo Martínez Parra el cual fue publicado con un estudio del maestro Mario Florián. He intentado publicar otros números de poesía Quechua pero lamentablemente no he conseguido material; aunque me gustaría publicar poemas de William Hurtado de Mendoza o coordinar con el escritor Marcial Molina para publicar un número de literatura ayacuchana, para que exista un panorama completo de la literatura quechua o mejor dicho de la poesía quechua.
Todos estos trabajos deben ser revalorados en su debida oportunidad y en ese aspecto la literatura está aportando de una manera valiosa.

¿Qué opinas de su obra poética?
Umberto Eco manifiesta que: “una obra de arte o un sistema de ideas nacen de una compleja red de influencias, la mayor parte de las cuales entronca a su ideología y a través de las influencias estilísticas, asimila, una manera de ver el mundo”. Es por ello que muchos poetas tratamos de redefinir el “estatuto individualista” de la poesía; esto sucede por ejemplo en el caso de mi obra que es evidentemente exteriorista y que llama a las cosas por su propio nombre, lo que a mi parecer constituye un acierto.
Estoy preparando un nuevo libro, al margen de modos y estilos impuestos por el canon que exalta a algunos poetas y ridiculiza a otros, pretender canonizar a unos y a los que no son de su agrado los manda a la hoguera para que ardan en el mismísimo infierno.
El escritor crea su propia retórica, su propia sintaxis y fonología; el poeta es un renovador del lenguaje y es por ello que en mis últimos textos, todavía inéditos, se pueden encontrar hallazgos muy importantes que seguramente la crítica del mañana se encargará de revalorar. YO NO ESCRIBO PARA LAS ANTOLOGIAS, esa preocupación se la dejo a los onanistas, para quienes creen que un despistado profesor universitario puede consagrarlos; porque los poetas reaccionan de acuerdo a sus intereses de clase, a su condición social, pero, la poesía no es el fiel reflejo de la realidad.
Estuve en Centroamérica cuando el medio estaba convulsionado por la guerrilla, por la lucha para la liberación de Nicaragua y El Salvador, allí los poetas reflejaban su realidad, lo que no ha sucedido en el Perú en los últimos años, en que la “cosa” tiende a polarizarse, la inseguridad los lleva a publicar antologías hasta del centro universitario de donde se proviene; es decir, que no hay seguridad de lo que se hace, yo no me preocupo por ello, soy consciente del valor de mi obra.

¿Qué opinión tienen de las generaciones del 60 y 70 en la literatura peruana?
Creo que Luis Hernán Ramírez es sumamente certero cuando habla de las generaciones partiendo de la periodificación de quince años, así, para mí, la generación del 60 poco a aportado a la literatura del Perú, sólo algunas figuras paradigmáticas como los casos de Cisneros o Hinostroza, los cuales escriben una poesía con moldes prestados de literatura foránea, lo que significa un retroceso en el devenir de la literatura peruana, lo que sucede es que tienen figuras paradigmáticas como Javier Heraud.
Con relación a la generación del 70, es una generación que fue “parricida” hasta que les convino y luego se acomodó de acuerdo a las circunstancias.
Hora Zero trata de renovarse permanentemente reclutando jóvenes escritores con al finalidad de hacerlos aparecer como miembros de un movimiento que tiene vigencia histórica, pero cuyo valor está en los inicios de la agrupación y no ahora en que se ha marginado al verdadero ideólogo del grupo, el poeta Juan Ramírez Ruíz, el cual es marginado por Pimentel y Mora, cuando en realidad las figuras más importantes de Hora Zero son Verástegui y Ramírez Ruíz.

¿Qué opinas del movimiento literario actual?
Considero que la modernidad trae progreso, pero también cierto decadentismo, para mí, la globalización deshumaniza al hombre, lo vuelve más impersonal y carente de sentimientos, cuando la poesía es sentimiento.
Finalmente quiero homenajear al poeta Francisco Carrillo, ya desaparecido y al maestro Manuel Jesús Baquerizo, cuya muerte truncó un hermoso proyecto editorial; una compilación, en un número de La Tortuga ecuestre, de la poesía de esa hermosa nación huanca.

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